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  Martes, 19 noviembre 2002

¿Habrá vida inteligente dentro de la vida inteligente?

De toda la vida devoro cualquier cosa con letras que cae en mis manos, da igual un sesudo suplemento sobre economía internacional en papel salmón lleno de anuncios de pisos que cualquier revista atrasada donde Isabel Preysler sigue siendo la mujer más elegante aunque no se sepa de qué. La cosa viene de lejos, ya decía mi abuela que no leyera tanto que eso no podía ser bueno para los ojos.. claro que alguien que mantenía la teoría de que bañarse varias veces al mes no era precisamente un sinónimo de limpieza sino de que uno se manchaba más de lo que debía, tampoco parecía la más indicada para hablar sobre el asunto.

El caso es que mientras todos se tiraban a por el bocadillo de turno, a mi siempre me interesó más el papel de periódico con el que estaba envuelto y en esas sigo, no se trata de intentar entender todo lo que uno lee, ni tan siquiera de ponerse a leer con detalle artículos gloriosos sobre la evolución de la eterna guerra entre judios y palestinos, pero cada vez que pasa uno una hoja, aunque sea de algo en lo que soy completamente negado como la sección deportiva, la sorpresa está asegurada, titulares, fotos, anuncios, siempre es distinto, siempre es nuevo, aunque hablen de lo mismo por enésima vez, aunque los titulares sean sospechosamente parecidos al artículo que en la misma pagina aparecía ayer.. pero no es igual.

Todo esto venia a que he leído, aunque no se donde ni a santo de qué, algo así como existe un arte, de alguna manera tendré que llamarle, que intenta conocer la belleza, según sus creadores “imperfecta” que tienen algunas cosas habituales y que por eso se convierten en únicas, el “wabi sabi” se llamaba; Naturalmente solo puede ser un invento de los japoneses, estas cosas siempre son un invento de los orientales que son los que le dan el barniz de credibilidad a lo exótico, si alguien de Albacete intenta explicar lo bello que puede llegar a ser un cubo de basura repleto de desperdicios por su condición de “elemento único” , tendrá suerte si, al menos, acaba en algún programa de “crónicas marcianas”.

Pero como la cosa es oriental pues todo cambia, eso sí, hay que adornarlo con lo de “ciencia milenaria” o “búsqueda del interior” y a poder ser que exista alguna reseña en el cosmopolitan o en algún suplemento dominical al lado de los restaurantes esos que siempre recomiendan aquellos que comen gratis en ellos, si se logra eso ya tenemos una tendencia “in” que abrazarán rapidamente todos aquellos que esperan ansiosamente el apartado de “ideas para estar a la última” y poder decir a sus amistades que ellos ya lo practicaban antes de salir publicado.. !faltaría!.

Bueno el caso es que tendré que esperar a que algún amigo de esos me lo explique porqué la verdad es que no me enteré de nada de lo que leí, tampoco eso es una cosa nueva teniendo en cuenta que me pierdo hasta cuando intento ver tómbola, sí, veo tómbola, soy “tomboladicto”, ya me explayaré sobre el mejor programa de televisión del siglo –uy!!! a ver si se me va a notar mucho que quiero ir aunque sea de público-, pero la verdad, buscar las imperfecciones de las cosas que nos rodean para establecer un tratado sobre sus ventajas al ser únicas, está, como poco, cogido por los pelos.. claro que lo dejaremos al beneficio de la duda, al fin y al cabo está claro que no me puede gustar “tombola” y comprender los grandes problemas de la mente humana.. ambas cosas son claramente incompatibles.