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  Lunes, 9 diciembre, 2002

El amor es una locura, que ni el cura lo cura, que si el cura lo cura, es una locura del cura. (Tontería anónima)

Dice Boris Izaguirre que todos deberíamos de desnudarnos en el trabajo como terapia, y aunque ya sabemos que esas declaraciones son una forma como otra cualquiera para salir en los papeles, que es su trabajo al fin y al cabo, no deja de ser curiosa solo la idea de que alguien lo pueda hacer.

Ya hace algún tiempo se me ocurrió proponer un acto donde las venerables ancianitas/os que pululan por los despachos cuesta abajo hacia su jubilación, se fueran desnudando estilo nueve semanas y media, por supuesto nadie aceptó, pero simplemente el dejar volar hasta ese punto la imaginación, despertó más de una risa.

Como de todas formas todo el mundo tiene su público, me imagino que habrá más de una/o al que el espectáculo de ver cincuentonas contorneandose en una barra fija les causaría más de un sofoco.. al resto el simple hecho de ver de “otra forma” a la jefa de recursos humanos o al administrativo de personal ya es más que un valor añadido para pagar la entrada.. porque eso si, cobraríamos entrada para poder donar algo a cualquier oenegé sin fronteras que se cruce.

Replantearé la idea ahora que estamos en navidades y se puede chantajear con lo de del espíritu, que el morbo es el morbo y el público está asegurado, el problema de como convencer a los “actores” es más peliagudo, pero tenemos un departamento de marketing que una vez hasta consiguió poner una anuncio en un periódico, previo pago de su importe claro, pero para ellos un triunfo teniendo en cuenta su inutilidad. ¿Habrá voluntarios?.. por cierto si a los que les gustan los niños son paidofílicos, a los que les gustan así como talluditos también se les llama de una forma especial?.. a bucear en internet que seguro que siendo cosa sexual habrá “cienes” y “cienes” de millones de “güebs”.