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  033. Martes, 14, enero 2003

Capítulo trigésimo tercero: Demostración evidente de la Ley de la Relatividad: la duración de un minuto depende del lado de la puerta del water en la que te encuentres

Cuando a uno no se le ocurre pensar en nada siempre acaba sumergido en recuerdos de esos infantiles, es muy socorrido y además sabes que no te va a plantear ninguna preocupación; Por más desastrosa que fuera la experiencia, con el paso del tiempo se ha edulcorado de tal manera que algo que, en su momento, fue la mayor catástrofe de tu vida, esa que jamás podrías superar, se ha convertido en una agradable sensación con una pila de años encima.

Digo yo que será por eso que todo el mundo tiene recuerdos infantiles maravillosos y perfectos, algo que no cuadra muy bien en la mayoría de los casos. Deberían de hacer algún estudio al respecto, aunque seguro que hay un montón ya, que para eso de los estudios raros, los becarios, y más si son becarios psicólogos, se pintan solos, preguntando a los niños que tal soportan el colegio, las madres, las clases de karate o los insultos de su hermano mayor y quince años después que explique como lo recuerdan.. seguro que la cosa pasa del desastre más absoluto a un recuerdo tierno y maravilloso.

Se ha estropeado la calefacción, hace frío -después de cornudo apaleado- y el trabajo me está llamado a gritos, decididamente lo de ser niño es una bicoca, aunque parece que solo si ya no lo eres.