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  083. Martes, 25 Marzo, 2003

Capítulo Octogésimo tercero: Si el congelador de una nevera se encuentra unos 18 grados bajo cero, y en la Antártida en el invierno la temperatura ambiente llega a 50 grados bajo cero. ¿No podrían calentarse las personas entrando a los congeladores?

Me han regalado una crema antiarrugas, al principio supuse que sería alguna indirecta y la cogí a regañadientes pero he abierto la caja y me he dado cuenta de que el verdadero regalo no era el minúsculo tarrito lleno de una crema, que parecía requesón caducado, el verdadero regalo era el prospecto.

Dos hojas, nunca en dos hojas había creído yo que cupieran tantas letras, claro que lo primero que me advierte es qué es un producto “3-D” y eso ya impresiona, aunque de la explicación deduzco que eso del “3d” no quiere decir que sea un holograma extraído de una dimensión desconocida, sino que la cremita en cuestión además de revitalizar mis pobres tejidos, afina mis poros abiertos y, por el mismo precio, me da la luminosidad de un foco halógeno; Mal empezamos, mi abuela siempre decía que lo que valía para todo no servía para nada.

A la mitad del primer párrafo me he cansado de leer, no he podido pasar de quinto alfahidroxiácido, no entiendo porqué si todos son “ingredientes naturales” tienen nombres tan raros.

Además cuando de verdad me hagan falta prefiero los métodos de toda la vida, sé que son una guarrada y no siempre se pueden conseguir,pero es del dominio público que ninguna crema, por mucho retinol puro que lleve podrá compararse a una buena mascarilla de cierto fluido corporal exclusivamente masculino. Eso si son ingredientes naturales y lo demás son gaitas; Para comprobar su eficacia basta con mirar el cutis de porcelana de la mayoría de las actrices porno, usuarias regulares del método; Eso es aprovechar el valor añadido que puede proporcionar un trabajo.