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  112. Sábado, 10 Mayo, 2003

Capítulo Centésimo duodécimo: ¿La patrona de las frutas es la sandía?

Hoy, que no madrugo mucho por aquello de ser sábado (aunque el Nicolás no lo acaba de entender), espero llegar a tiempo para desayunar con Urban Noise, sería todo un placer y un lujo; No he encontrado nada abierto para comprar profiteroles de nata o milhojas de caramelo de esas que tanto le gustan a Alicia, pero he traído churros calientes, café recién hecho y un zumo de naranja recién exprimido que solo podría mejorarlo la madre de Toña.

Mientras espero, estoy acabando de leer la mejor terapia para todos aquellos que piensan que su familia no es ni medio normal; Me he leído casi de un tirón las 320 páginas de “Todas las familias son psicóticas” de Douglas Coupland, y todavía me estoy riendo.

A ver si soy capaz de resumirlo, que no es fácil, el protagonista Wade, descubre que es seropositivo después de que una bala disparada por su padre le atraviese el hígado y acabe en el esternón de la mujer de su padre.

El padre le dispara al enterarse de que su madrasta Nikie (la de la bala en el esternón) se acostó con su hijastro Wade (el del hígado atravesado). Nikie, la madrastra, que lo hizo sin las debidas protecciones con Wade, el hijastro, acaba también en el club de los seropositivos.

Pero no contentos con sus propios problemas, los Drummond se mezclan en una historia donde un contrabandista con problemas cardiacos no sobrevive a DisneyWorld y un farmacéutico excéntrico y millonario intenta por todos los medios conseguir una carta robada del mismísimo ataud de la princesa Diana.

¿Alguien piensa todavía que su familia es extraña?.

Por cierto el café sigue caliente y los churros están muy buenos, pasad y tomaros algo, venga.