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092. Lunes, 7 Abril, 2003
Capítulo Nonagésimo segundo: ¿Cuanto medirán las altas horas de la madrugada?
Aprovechando la oferta del tres por dos del carrefour (ex-pryca para los nostágicos) y como ayer domingo por aquí abrieron todo, acabo de renovar los calcetines para el próximo año y además me he comprado un lote de flanes–de-huevo-al-estilo-casero. Lo de los calcetines ha sido por pura necesidad, lo del flan-de-huevo porqué se me ha antojado, no me he podido resistir a la tentación de la foto, tan amarillito, tan adornado en su plato.. y es que estos del marketing saben lo que se hacen.
Pero estoy un poco enfadado, primero lo del plato era truco, los flanes-de-huevo venían en bandejas cutres de aluminio y sin rastro de la cerámica que tan bien daba en la foto, claro que después de leer las instrucciones veo que pone eso de “sugerencia-de-presentación” pero digo yo, que ya que te lo sugieren por lo menos te podían dar los materiales para poderles hacer caso.
Y eso no es lo peor, en la parte de abajo y en letras muy pequeñas pone que no se le de la vuelta al envase, para leerlo precisamente hay que darle la vuelta al envase.
El final ha sido dos de flanes y uno de natillas en unas asépticas bandejas de aluminio, menos mal que el perro no es escrupuloso
091. Viernes, 4 Abril, 2003
Capítulo Nonagésimo primero: ¿Por que cuando nos vamos a dormir siempre vamos al cuarto y no al quinto?
Desde hace algunos meses lo primero que hago al llegar al trabajo (no confundir con “ trabajar”) es ponerme en el ordenador y soltar las cuatro paridas que se me van ocurriendo.
Qué de lunes a viernes no haya fallado un solo día está empezando a preocuparme, no es que dude de mi mismo, mi autocontrol en algunas cosas es total, por ejemplo jamás empiezo a trabajar antes de que sea estrictamente necesario, pero como me conozco, tanta continuidad no deja de levantar alguna sospecha en mi mismo.
Claro que todo depende de como se mire y con qué se compare, leía yo el otro día no se donde una ristra de personajes que se hicieron famosos por su fuerza de voluntad, allí estaban retratados además del pobre coyote que nunca se da por vencido o el abate Faría y su túnel de dirección equivocada en el castillo de If, un tal Diego de Hervás, personaje de una novela de Potocki, que se dedicó a escribir una obra que reflejara todo el saber de su época, 100 tomos en 27 años y que cuando estaba a punto de acabarlos se los comieron las ratas; Inasequible al desaliento, volvió a escribirlos y cuando los llevó a que se lo editaran nadie se lo publicó porqué la obra era demasiado larga.
Sí, claro son personajes de novelas pero la realidad también acaba superando a la ficción, de entre todos los casos me llamó la atención el de Heather Mills, modelo internacional con 25 años a la que atropelló un coche teniendo que amputarle la pierna por debajo de la rodilla; Hoy, con 32 años y con una prótesis, no solo sigue trabajando de modelo sino que además presenta programas de televisión, esquía, patina y dirige una asociación que ella misma ha creado para ayudar a niños amputados. Y para rematar la faena va y se casa con Paul McCartney .
Y luego uno buscando razones para quejarse; ! Sí tenía que estar dando saltos de alegría !. Se dice bien.
090. Jueves, 3 Abril, 2003
Capítulo Nonagésimo: ¿Porqué los cubos de basura de los restaurantes chinos están siempre vacíos?
Anoche, una parejita de amigos de esos que reivindican que el minimalismo es algo más que una religión, celebraron su primer mes juntos invitándonos a cenar en un restaurante vegetariano.
Como mi idea de “cenar” suele ir unida a la de “comida”, tanta modernidad “fashion” me acabó sobrepasando aunque eso sí, inasequible al desaliento y con más cara de poker que nunca aguanté estoicamente aquel baño de “café-culture” en el que me vi sumergido.
Reconozco que en cuestiones de comida no soy precisamente un sibarita, normalmente con cuarto y mitad de alpiste cubro mis necesidades, pero leer en aquella carta los pures de papaya, las ensaladas al “lemongrass” o la interminable lista de “tofu a la compota de mango” anuló definitivamente mis pocas ansias de experimentar nuevos conocimientos culinarios.
Aunque faltaba lo mejor, culpa mía, resulta que pides agua para beber y te traen una carta para elegirla que no la supera ni la de grandes reservas de tinto en el “ Zalacain”; Me pregunto yo que tendrán contra el agua del grifo que, al menos en Madrid, es muy buena, además como puedo elegir si se supone que, como agua que es, resulta incolora, inodora e insípida.
Al final señalé una con cara de entendido, aunque no pude evitar que el señor camarero me mirara con cara de asco cuando le pedí por favor, que me quitara las rodajitas de limón del vaso, en mi ignorancia acababa de confundir los gajos de limón con los de lima todo un sacrilegio que me devolvía de golpe al status de persona normal. Todavía me dura el disgusto.
089. Miércoles, 2 Abril, 2003
Capítulo Octogésimo noveno: ¿Existirán monjes con claustro-fóbia?
Soy nudista desde que tenía catorce años, lo probé, me gustó y desde entonces solo por una imperiosa necesidad, que suele surgir del respeto a los demás, uso bañador en la playa.
Como uno pertenece al tipo standard en todos los sentidos nunca ha llamado la atención ni para bien ni para mal; Ocurre como en la vida “textil”, si uno es muy alto algunos te miran, si uno es bajito esos mismos también te miran, pero si perteneces a la gran mayoría ninguno de esos curiosos del tamaño se pone a calcular tus medidas.
De todas formas pediría a los no iniciados en el tema que si alguna vez dan el más que recomendable salto al naturismo, al menos en cuestiones de medidas se tomen las cosas con algo más que precaución. La enorme cantidad de factores que influyen en el desarrollo del tema así lo recomiendan. Algo tan sencillo como veranear en asturias o hacerlo en la costa del sol, por poner solo un ejemplo, puede hacer temblar cualquier cálculo que uno establezca en una primera ojeada.
Peluche recomienda para estudiosos de los tamaños, que los hay, una zona neutra, por ejemplo Madrid, a partir de San Isidro y en cualquiera de las dos piscinas que tienen zona reservada, ni frío ni calor, ni trampa ni cartón, todo muy aséptico. Las condiciones ideales para establecer una media.
Nota para suspicaces: hablamos siempre en reposo, si ya tocamos tamaños en otras circunstancias la cosa cambia completamente y el desarrollo del asunto puede ser completamente inesperado. Ahí si que se lleva uno buenas sorpresas, te imaginas algo partiendo de lo que ves y luego es completamente distinto, pero ese ya es otro tema.
088. Martes, 1 Abril, 2003
Capítulo Octogésimo octavo: ¿Porqué llamamos “bebida” a la bebida antes de beberla si todavía no está bebida?
Aunque llevo muchos años escuchando argumentos a favor y en contra del doblaje de películas, yo siempre me he declarado un entusiasta de las versiones originales, eso sí, solo para un género: el porno.
Y es qué el jadeo es un arte que ni el mejor doblador metido en escena puede soñar con reproducir de una manera fiel, un “ do it harder”, un “I´m coming!” o el simple “come on” dicho en plena función es tan inimitable como el olor de los pies descalzos al amanecer.
La razón es sencilla, los gemidos son involuntarios, la presión sanguínea durante el orgasmo puede alcanzar el doble de lo normal y para mantener semejante ritmo los pulmones tienen que inhalar más oxígeno; Para que esto ocurra se abre la boca, se dilatan las aletas de la nariz y se acaban soltando gemidos o gruñidos que quien más y quien menos ha comprobado en sus propios oídos.
Me gusta el porno, pero cuando veo una doblada no puedo dejar de pensar en los pobres señores en un estudio de doblaje diciendo “!hazmeló más fuerte!”, “!me voy!” o el simple “sigue así” entre sorbo y sorbo de café pensando en la comida del domingo con la suegra.
Hay que reconocer que no es lo mismo, hasta los más entusiastas del doblaje lo tienen que entender y si alguno aún alberga aun dudas que vea cualquier película porno china doblada al castellano, algo tan erótico como lo que habitualmente jadean en ellas como es “!chun!”, “!chun!”, “!chun!”, tiene la traducción al español de ¡”primavera!”, ¡”primavera!”, ¡”primavera!”, como para vestirse y acabar en misa de doce.
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