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  092. Lunes, 7 Abril, 2003

Capítulo Nonagésimo segundo: ¿Cuanto medirán las altas horas de la madrugada?

Aprovechando la oferta del tres por dos del carrefour (ex-pryca para los nostágicos) y como ayer domingo por aquí abrieron todo, acabo de renovar los calcetines para el próximo año y además me he comprado un lote de flanes–de-huevo-al-estilo-casero. Lo de los calcetines ha sido por pura necesidad, lo del flan-de-huevo porqué se me ha antojado, no me he podido resistir a la tentación de la foto, tan amarillito, tan adornado en su plato.. y es que estos del marketing saben lo que se hacen.

Pero estoy un poco enfadado, primero lo del plato era truco, los flanes-de-huevo venían en bandejas cutres de aluminio y sin rastro de la cerámica que tan bien daba en la foto, claro que después de leer las instrucciones veo que pone eso de “sugerencia-de-presentación” pero digo yo, que ya que te lo sugieren por lo menos te podían dar los materiales para poderles hacer caso.

Y eso no es lo peor, en la parte de abajo y en letras muy pequeñas pone que no se le de la vuelta al envase, para leerlo precisamente hay que darle la vuelta al envase.

El final ha sido dos de flanes y uno de natillas en unas asépticas bandejas de aluminio, menos mal que el perro no es escrupuloso