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194. Martes, 7 Octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo cuarto: ¿Por qué los hombres tienen los botones de las camisas a la izquierda y las mujeres a la derecha?
El ánimo, el compromiso, la responsabilidad, la emoción, la pasión, la energía, el entusiasmo, el ardor, la euforia, la fuerza, el arrojo, el ímpetu, la actividad, la independencia, el coraje, el atrevimiento, la libertad, el talento, la tenacidad, la vehemencia... tú.
El consejo de un amigo, el recuerdo de mi padre, un beso de mi madre, el dedo de mi sobrina diciéndole a todo el mundo que ya tiene un año, la alegría del perro cada vez que llego a casa, despertar cada mañana a tú lado, la adolescencia de mi sobrino, los inmensos ojos negros a punto de cumplir tres años de Javier, la voz de mi hermano, el afecto desinteresado de mi cuñada... tú.
Un acantilado, un atardecer de otoño, un paisaje, un paseo a la orilla del mar, una excursión por la montaña, un montón de hojas secas, una noche de invierno debajo del edredón, pisar la hierba húmeda, un amanecer en primavera, las gotas de lluvia sobre la cara, una fuente, el nacimiento de un río, un chaparrón en abril, el olor a tierra mojada, una mañana de niebla, una tarde de paseo después de una mañana de niebla, un cielo estrellado, una nube con forma de recuerdo... tú.
La ternura, el alma, las arrugas, las caricias, la fidelidad, el aliento, el sosiego, el espíritu, la felicidad, la generosidad, la eternidad, la ilusión, la humildad, la calma, el humor, el destino, el encanto, el desencanto, el embrujo, la ironía, la risa, la sonrisa, la suerte, la tranquilidad, el miedo, la paciencia, la sensibilidad, la simpatía... tú.
El aire, andar, el campo, el fuego, un fin de semana, una reunión en familia, las lágrimas, la luz del día, la luna llena, el sonido de las campanas, las olas, oler, tocar, mirar, oír, nacer, otras culturas, un sabor, los recuerdos, la esperanza, los mimos, el vuelo de un pájaro, la pereza, una mirada... tú.
Estoy convencido: las mejores cosas de esta vida son gratis.
193. Lunes, 6 Octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo tercero: Para ser una persona soñadora, ¿hay que dormir mucho?
Debe de ser cosa del otoño pero me he puesto nostálgico, todo parece que invita a los recuerdos, el frío, la lluvia, la hierba del campo, el azul del cielo, el albañil de la Coca-Cola light.
¡A ver quien no se acuerda del albañil de la Coca-Cola light! Son las once y media, y va a quitarse la camiseta mientras bebe su refresco de media mañana.. la verdad es que daría igual que bebiera horchata de chufa o que se limpiara la mierda de las uñas, el caso es que el sudoroso y, seguro que maloliente albañil, se quitaba la camiseta a las once y media.
Vale, el anuncio no trataba de enseñar las curvas del tio sino las de la Coca-Cola, pero el "operario" en cuestión daba la talla. A ver quien me discute que hubiera sido lo mismo que nos incitaran a beber enseñando los brazos del sufrido albañil que si la camiseta se la quita, por ejemplo, Jordi Pujol.
¡Ay!, esa nostalgia. Creo que voy a por una Coca-Cola.
192. Viernes, 3 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo segundo: Noé fue un hombre muy importante en la historia, ¿cómo se llamaba su mujer?
Una de las principales aspiraciones de cualquier persona seria y sensata desde el principio de los tiempos ha sido la de poder impresionar al jefe para no tener que pegar un palo al agua.
Enseñar a tu, laboralmente hablando, "amo", a que no te pierda la estima a pesar de que te pases todo el día intercambiando comentarios en las bitácoras, es como hacer el amor cuando uno es viejo: lleva mucho tiempo, no suele ser conveniente que lo vean los "compañeros" y, sobre todo, hay que tomárselo con mucha, mucha calma.
La primera opción es desnudarse, pero esta sólo conviene realizarla delante de él, si uno ha opositado recientemente a bombero, ha salido en el desplegable del "Play Girl", o el último trabajo fue como compañero "copulante" de Jeff Striker. Como no suele ser el caso y además, uno no tiene porqué conocer los gustos sexuales del jefe y lo mismo es de esos tipos raros, que haberlos, haylos, a los que les gustan las mujeres, mejor pasar a otro punto.
Hay una regla de oro que dice "nunca eclipses al amo", y hay que llevarla a rajatabla, jamás hay que desplegar todo el talento de uno ya que se puede lograr lo contrario de lo buscado y terminar por inspirar miedo y desconfianza. Conclusión: hazte pasar por tonto, te mirará mucho mejor y te dejará tranquilo.
Como no hay verdades absolutas y cada jefe es un mundo, si la estrategia anterior no ha servido se puede aplicar la contraria. Hazte el enterado y cada vez que hables con él usa palabras de esas que nadie entiende para acabar formando frases sin mucho sentido pero dichas con todo el convencimiento del mundo. Como es el jefe no se atreverá a decir que no te ha entendido nada y te acabará dejando libertad para hacer lo que quieras, que es de lo que se trata.
Si todo lo anterior no ha servido, nos queda la última estrategia, esta no falla: hay que rodearse de amigos influyentes. No hay nada como ser amigo del superior del jefe, de la hija del jefe, del amante del jefe.. para no hacer nada, o mejor aún para que le asciendan a uno y ¡por fin! saber lo impresionante que resulta, siendo jefe, no tener nada que hacer, excepto explotar al resto.
191. Jueves, 2 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo primero: ¿Por qué siempre "fallan" los jueces al emitir un veredicto?
Hundido, estoy hundido, luego dicen que cualquier disculpa me sirve para no trabajar pero la de hoy la va a entender hasta mi "amadísimo" jefe. ¿Cómo se puede pretender que trabaje después de leer este correo que me han mandado ayer?:
La mayoría de la gente que acaba de hacer la selectividad nació en 1985. A esa edad, tú ya sabías sumar, restar, multiplicar y dividir. Esta gente nunca vieron a Felipe González con cazadora de pana, incluso les hablas de "Naranjito" y creen que les tomas el pelo, y para ellos ha existido sólo un Papa, que ha durado toda la vida.
Nunca cantaron "We are the world, we are the children", nunca han visto jugar a Maradona, Gordillo, Van Basten o Zoff. Tenían 5 años cuando la Unión Soviética se desintegró, no se acuerdan del osito "Misha", ni de la Guerra Fría y conocen una sola Alemania, aunque en el colegio les hayan contado que hubo dos. No tienen edad para acordarse de la explosión del "Challenger", del referéndum de la "OTAN", del Bon Jovi de melenas, ni de "¿Ay, quién maneja mi barca?" Para ellos, el Sida ha existido toda la vida.
No llegaron a jugar con el "Atari". El CD entró al mercado cuando no tenían ni dos años de vida. Nunca tuvieron un tocadiscos v nunca jugaron al "Tente", al "MultiHobby" ni a la "Nancy". Conocen a Espinete sólo de oídas v el nombre de Ángela Channing les suena a chino.
Muchos de ellos no saben, o no recuerdan, que sólo había dos cadenas, y algunos no han visto nunca la carta de ajuste. No se explican lo que es ver la tele sin un mando a distancia, ni unas navidades sin turrón de chocolate, y no conciben que en invierno sea imposible comprar un helado. Nacieron cuatro años después que la Sony sacase el Walkman y para ellos los patines siempre han tenido las ruedas en linea.
Y ni hablemos de la normalidad con la que ven un móvil o un PC. Puede que nunca hayan visto "Barrio Sésamo", "La bola de cristal", "D'Artacan y los tres mosqueperros" o "Las aventuras de willy Fog". Nunca se meten a nadar pensando en Tiburón, y para ellos Michael Jackson siempre ha sido blanco. ¿Cómo van a creer que Travolta bailaba con semejante barriga?.
No recuerdan quién era Mazinguer Z, ni Orzowei,Ulises XXI, o que un extraterrestre con cara de lagarto comiera ratones de aperitivo. Creen que Starsky y Hutch son un grupo de música, o que los Ángeles de Charlie son sólo un estreno de cine.
Y para rematar la faena, van y meten la puntilla con los 15 síntomas que delatan que uno se está haciendo viejo:
- Entiendes el texto anterior, y sonríes...
- Te has quedado sin el descuento del carnet joven.
- Te acuerdas de las pesetas.
- Tienes medicinas en la mesilla de noche.
- La virginidad hace tiempo que dejo de ser un tema de conversación.
- Un niño te dice en la calle: "Perdone, señor, ¿tiene hora?", y te sienta mal.
- Necesitas mucho más de una mañana para recuperarte de una noche de diversión.
- Al acabar de ducharte cuelgas la toalla en su sitio.
- Te molesta que otro deje la pasta de dientes destapada.
- Todos los de Operación Triunfo y el Gran Hermano son más jóvenes que tú.
- Tus sobrinos saben más que tú de ordenadores.
- Vas a la playa y puedes pasarte todo el día sin bañarte.
- Te puedes gastar 16 euros en un disco sin quedarte "pelado" el resto del mes.
- Los dependientes de las tiendas de ropa parecen tus hermanos pequeños.
- Después de leer este e-mail decides enviarlo a un amigo; seguro de que le va a encantar...
¡Y los cumplo casi todos! De esta no me recupero hasta las navidades. Hundido, estoy hundido.
190. Miércoles, 1 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo: ¿Por qué en una discusión cuando una persona tiene la razón hay que dársela si ya la tiene?
El ser humano en su totalidad, también las mujeres, ha tenido desde siempre interés por aprender, curiosidad por observar cualquier cosa que ocurriera a su alrededor, observando el cielo, la forma de vivir de los animales, de las plantas, el uso podíamos hacer de ellos, como fabricar herramientas, conocer como reaccionaba el cuerpo ante diferentes estímulos y enfermedades, cómo alcanzar el cielo y volar, qué tiempo iba a hacer...
La cantidad y profundidad de conocimientos y el ansia por tenerlos es una aspiración lógica de cualquier persona y, a pesar de que tanta información puede acabar aturdiéndonos un poco, la satisfacción de aprender algo nuevo siempre es un reto para seguir adelante y gritar que vale la pena vivir.
Sal, vinagre y aceite. Para que una ensalada quede correctamente aliñada hay que seguir un estricto orden, primero la sal, después el vinagre y, lo más importante, el aceite al final para que cree una fina capa sobre los alimentos y, como consecuencia, el sabor del resto de los alimentos "resbale" sobre esta capa.
Hay veces que uno se maravilla de como, a estas ya tan difíciles edades, la mente sigue así alerta y, aunque me costó mucho trabajo, pude ayer aprender ¡por fin!, el orden en que se debe de aliñar correctamente una ensalada. Una pena que la satisfacción que me invade impida que me concentre hoy en mi trabajo y tenga que pasarme el día sin hacer nada.
Y no es ninguna disculpa, simplemente un efecto colateral del aprendizaje de la vida.
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