-   


  

 
262. Martes, 27 Enero 2004



Capítulo Ducentésimo sexagésimo segundo: Si soñamos que comemos hasta hartarnos, ¿engordaremos?



No importa, la decisión está tomada y además si algo falla se va en seis lavados, una tarde en casa da para eso y para mucho más. Se me ha antojado darme mechas, de vez en cuando hay que caer en los tópicos de mi sexo.



Bajas al supermercado de enfrente y entre "cienes y cienes" de cajas coges la que tiene a la señora más sonriente en la foto y el color de pelo lo más parecido al de Beckhman. "Alea jacta est". !Lo que hace el aburrimiento!



Primer paso, prepararlo todo, es lo que tienen la primera vez que uno hace algo, es la única dónde intentas organizarte y hasta procuras seguir las instrucciones al pie de la letra. Busco el reloj de horno con forma de huevo color lila, ese que no he usado en mi vida, y una toalla para poner encima de los hombros, eso sí, vieja, que aunque "la gran quincena del blancolor" está al caer tampoco es plan de estropear una de las buenas.. manos a la obra.



Primera dificultad, los guantes de plástico que trae no sirven, intento meter dedos pero parece que no hay agujeros suficientes, digo yo que como parecen de dibujos animados quizá sólo tengan para cuatro. Me voy a por unos de latex, otra de las ventajas de mi sexo, solemos tener muchas cosas de latex, guantes también, el para qué, podía explicarlo, pero a estas horas seguro que hay niños despiertos y además no quiero desviarme del tema.



Hay que mezclar el líquido A con el líquido B y agitarlo. Lo mezclo, lo agito, y aquello cambia a un color rojo que empieza a no gustarme demasiado, hasta me da un poco de miedo.. pero estoy demasiado ocupado intentando que la toalla no deje ningún agujerito como para prestarle mucha atención a un color.



Dice en la caja que hay que aplicarlo sobre el pelo limpio y húmedo, la sensación de mojarme el pelo con los guates de latex hace que me chiriien los dientes. Y de pronto me miro en el espejo, me veo desnudo, con una toalla vieja en los hombros y unos guantes de latex en las manos, de la impresión cojo el líquido, que ya va poniéndose de un extraño color "vomito de perro con gastritis" y lo dejo caer por el lavabo.



De pronto, y en uno de esos arrebatos extraños, me pasa un fugaz pensamiento.. !pobres mujeres, lo que tienen que aguantar..!



Me asusto mucho, me siento y espero a que se me pase.



El verdadero problema vendrá a la hora de devolver al lavabo, que ahora luce hasta bien entrada la tubería, unos bonitas chorretones color "pelo de Beckham", su color original..