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276. Lunes, 16 Febrero 2004




Capítulo Ducentésimo septuagésimo sexto: ¿Por qué el Coyote nunca alcanza al Correcaminos?



Bueno, todo llega, hoy empiezo, ¡por fin!, mi terapia intensiva antimisogínia haciendo mis primeros deberes, y, como debe de ser, empiezando por el principio, por el escalafón más bajo de la escala animal, reivindicando dos especies, las lagartas y las mujeres, muy vilepindiadas por mi en algunos post anteriores.



Es verdad, no se conoce ninguna población, de ningún tipo, que sólo este compuesta por individuos machos, sí en cambio, existen grupos formados exclusivamente por individuos del sexo femenino.



Que unos no sean capaces de poder vivir sin otras, pero ellas si sean capaces de vivir sin ellos, no deja de ser sintomático.



Resulta que la población de lagartos del Cáucaso está compuesta exclusivamente por hembras. En sus huevos, en los que en ningún momento hay ningún tipo de aporte masculino, se desarrollan siempre hembras exactamente iguales a sus madres, para que luego digan que lo de la clonación es una cosa del siglo XXI.



Es lo que llaman los científicos "partenogénesis", algo muy peligroso para cualquier especie, ya que no hay ningún intercambio de información genética, con todo lo que ello puede conllevar.



Pero más curiosa es la razón por la que la evolución de estos lagartos les ha llevado a esta situación, parece ser que no es más que una respuesta radical ante las prácticas caníbales que tenían los machos con las larvas recién nacidas, lo que obligo a las hembras de la especie a prescindir completamente de ellos.



Primera dosis de la vacuna "antimisoginia" inyectada, seguiré en tratamiento. Por ahora no he obtenido ningún resultado, me da la impresión que va a ser un tratamiento largo, largo, largo..