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277. Martes, 17 Febrero 2004



Capítulo Ducentésimo septuagésimo séptimo: ¿Por qué siempre que uno está en una cola para pagar y abren otra caja llegan antes los que están detrás?



Sé que, al menos en ese tema, no soy muy ecológico que digamos, pero no está de más darse algún capricho de vez en cuando: me gusta que el suavizante sea de color azul.



Me podía fijar en el envase, en la forma de su asa, en la botella transparente, en el tapón dosificador, en el sistema antigoteo, en su perfume, en la etiqueta.. pues no, todo eso es secundario, me gusta que sea azul.



Es de esas cosas dónde uno nunca se ha planteado que pueda o no haber una razón para hacerlas, sino más bien que si no las haces ya nada, nunca, será igual, y que no me imagino yo poniéndole a la lavadora suavizante color melocotón, por poner un ejemplo.



Pero vamos, eso de tener rituales y creer que si uno no los cumple las cosas pueden ponerse muy, pero que muy complicadas no es algo que me pase solo a mi, y sino que se lo digan a aquellos guerreros sajones que siempre, antes de empezar una batalla, preparaban unas cuantas ovejas y cabras con las que copulaban y a las que luego mataban y devoraban, única forma, según ellos, de hacerse invulnerables.



Mirado desde ese punto de vista, mi idea sobre que solo los suavizantes de color azul dejan las toallas como dios manda, no deja de ser un juego de niños.



Lo que no sé muy bien es como empecé hablando de suavizantes y he acabado copulando con ovejas... creo que tengo que pedirme una baja ya.



De todas formas está mañana habrá pocas cosas que me quiten esa sonrisa tonta que se me ha puesto al leer esta noticia. Estas son las cosas que de verdad importan, "hechos" y no frases grandilocuentes de campañas electorales que no sirven más que para calmar la sed de protagonismo que tienen algunos.

Vamos muy, muy despacio, es verdad, pero le pese a quien le pese, seguimos adelante y empezamos a tocar el futuro, que ya va siendo hora.