-   


  

 
282. Martes, 24 Febrero 2004



Capítulo Ducentésimo octogésimo segundo: ¿Por qué Pedro Picapiedra cuando corre pasa siempre por delante de la misma casa?



El cowboy Buddy encuentra un día en la habitación de su recreo a un viejo juguete, quien le cuenta cómo el "amo" se cansó de él y lo arrinconó.



En el día del mercadillo en que el viejo pingüino inservible va a ser vendido, Buddy, en un intento por rescatarlo, cae en las manos de un coleccionista de juguetes.



Este personaje siniestro se lleva a Buddy a su casa y su intención es venderlo a coleccionistas de Japón. En la casa de este personaje Buddy encontrará viejos conocidos que le hablarán de su famoso pasado y le abrirán los ojos a su complicado presente, con un dueño que crece y que cada vez juega menos con él.



Además están sus amigos, Papa Patata, el Dinosaurio, el Perro Salchicha, Buzz Light-Gear y varios más en su intento por rescatar a Buddy, que salen de habitación y se enfrentan al mundo real. Con todos sus peligros y emociones.



Ventajas de tener un sobrino de tres años, una disculpa más que otra cosa para un lunes por la tarde, poner Toy Story y pasar casi hora y media con la adrenalina disparada, viendo como rescatan al pobre Buddy .



Aunque para escenas memorables ese final de Shrek donde, casados Shrek y Fiona, todos los habitantes de los cuentos asisten a la celebración en la cienaga del ogro a ritmo de I´m A Believer, la versión de Neil Diamond en boca de Smash Mouth, y acaban con el karaoke de Like A Virgin, Robin Hood y sus machotes entonando el YMCA y todos acompañando al burro rebuznado Dance The Music.



¿Pero a quien se le ocurrió la estúpida idea de que teníamos que crecer a la fuerza?