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  371. Miércoles, 28 Julio, 2004

 
Capítulo Tricentésimo septuagésimo primero: ¿Por qué cuando encuentras un roto en el bolsillo del pantalón tienes que estar metiendo el dedo continuamente?

Entre los muchos pecados que tenemos los pobres, la avaricia no suele ser uno de ellos.

Bien es verdad que un poco a la fuerza, que tal y como se ha puesto todo con lo del euro y viendo la miseria de sueldo que uno gana, a ver que puede quedar para guardar.

De todas las formas, la avaricia es uno de los pecados capitales que siempre me han parecido más tontos. Guardar por un mínimo de previsión bueno, pero llegar a sobrevivir a tu propio dinero no deja de ser una de las cosas más estúpidas que pueden existir.

Si ya lo dice el refrán: "quien vive pobre y muere rico es un borrico".

Claro que el problema es saber cuanto debe uno ahorrar para asegurarse un futuro más o menos digno. Ayer, leyendo a Vázquez Montalbán, encontré la respuesta más sensata sobre el asunto:

"Hay que guardar lo justo para que al final de nuestra existencia nos puedan limpiar el culo con una sonrisa".

Teniendo en cuenta mi "avanzadísima" edad y mis antecedentes, tengo que empezar a ahorrar pero ya.