-   


  

  389. Jueves, 9 Septiembre, 2004

 
Capítulo Tricentésimo octogésimo noveno: ¿Para qué sirven las moscas?

Después de que Blogger decidiera tomarse un día de descanso, algo que tendríamos que hacer todos más a menudo, -puedo asegurar y aseguro que ganas de hacerlo no faltan-, nosotros a lo nuestro.

Deciamos ayer que hay cosas que, sin ninguna duda y dejando bien claro que para gustos se hicieron colores, donde mejor se hacen es en la cama.

No digo yo que hacerlas en un ascensor, dentro de un globo aerostático o encima de la lavadora centrifugando, no tenga su morbo, al menos alguna que otra vez, pero dónde esté una buena cama, mínimo de dos por dos, y muy especialmente a partir de ciertas edades donde las roturas de cadera son complicadas de arreglar, que se quiten otros sitios más... digamos... contorsionistas.

También es verdad que cuando las ganas aprietan, el sitio suele ser lo de menos,, pero si se puede elegir, hay que reconocer que cada uno tiene su "rinconcito" preferido.

Y si no que se lo pregunten a la divina Sarah Bernhardt, tan diva ella, a la que le encantaba hacerlo en un ataúd forrado en raso, regalo de uno de sus amantes.

Por cierto, en situaciones normales no haría falta aclararlo, pero conociendo el perfil de los que hacemos, vosotros y yo, este blog, convendría especificar que de lo que hablamos es de dormir.

... que ya nos vamos conociendo.