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  407. Martes, 5 Octubre, 2004

 
Capítulo Cuadringentésimo séptimo: "Casarse es como ir a un restaurante con amigos, haces el pedido y cuando ves lo que pidió el otro quieres lo que él tiene".(Rubén, 52 años, taxista, vecino de Pedro, el empleado de fincas urbanas divorciado)

Estas ultimas semanas me siento explotado y esto va a acabar muy mal.

Después de que tengo que estar en el trabajo con un horario y unas condiciones impuestas por ellos, se están empeñado en que además, ¡tengo que trabajar!, como si después de escribir el blog, contestar a los comentarios, tomar los "cafeses", leer los periódicos, intercambiar cotilleos con la de la limpieza y resolver por teléfono las cosas importantes de cada día, que por supuesto no tienen nada que ver con el trabajo, a uno le quedarán ganas de hacer algo.

Y todo viene de esa disculpa tan tonta que se han buscado y que se empeñan en restregarme una y otra vez: "te pagan por trabajar".. como si no hubiera cosas más importantes en el mundo, fijaté, la chica rubia aquella a la que el Norman Bates apuñalaba en "Psicosis", se murió el domingo, (de vieja claro), y yo me entero hoy martes... esto no puede seguir así.

Me están hartando, y que conste que puedo ser muy duro, me estoy preparando bien mis argumentos y tengo apoyos y antecedentes, que la cosa viene de lejos.

El primer conflicto laboral de la historia tuvo lugar en Tebas por el año 1150 a. de C. Los artesanos sepultureros reclamaron una mejoría en las condiciones de trabajo y un mayor salario, exactamente lo mismo que todos los demás trabajadores, a los que admiro y espero unirme, que a lo largo de la historia han protagonizado hechos similares.

Y la primera medida de fuerza negándose a trabajar si no se concedía lo demandado tuvo lugar en Roma en el año 300 a. de C. Fue cuando Aristos, un director de orquesta, decidió dejar de trabajar si no se le concedía más tiempo para poder comer.

No nos cuentan si la huelga en cuestión era de hambre, algo que no pegaba mucho con la reivindicación, pero aprovechando que en las navidades uno engorda algún que otro kilo, no es mal momento para que servidor empiece una de esas, aunque bien mirado y teniendo en cuenta mis pocas "chichas", me convendría más una huelga de comida.

Lo pensaré.