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  413. Viernes, 15 Octubre, 2004

 
Capítulo Cuadringentésimo decimotercero: "El método anticonceptivo más popular es el dolor de cabeza" (Fernando G., 52 años, padre de familia numerosa, farmacéutico.)

Antes, cuando "colesterol" sonaba a último modelo de coche japonés, estar gordo era síntoma de salud. En cualquier revista, los ricos siempre eran gordos y fumaban puros y todas las madres competían con uñas y dientes por ver quien conseguía cebar más al niño.

Hoy, las cosas han cambiado, los gordos son los pobres, los que no tienen dinero para pagarse una temporadita en la "buchinger", y tampoco les alcanza el sueldo para hacerse una liposucción cada seis meses.

Siempre me ha molestado, y lo dice uno que aunque pobre, está delgado, esa manía que tiene tanta gente de reprocharle a un gordo que esté gordo.

A nadie se le ocurre reprochar a un lisiado que no se levante de la silla de ruedas, pero no existe el menor reparo en atosigar al gordo con preguntas tan absurdas como ¿no haces ejercicio?, cuando es más que evidente la respuesta. Siempre hay alguien que cuando pasa al lado de uno le mira como si fuera a contagiarle los kilos, y eso se tiene que acabar.

Si el gordo quiere estar gordo que lo esté, y para los que quieran adelgazar, que sepan que hay métodos bastante mejores que pasar hambre y encima tener que ir a esa sala de torturas al que llaman "gimnasio".

Una idea, apuntarse a la tribu de los indios "Sirionó", que viven en el alto Amazonas, en Bolivia, y seguir sus "costumbres": a todos sus miembros les trae sin cuidado practicar sexo delante de otras personas, (algo que hacen a la menor ocasión), pero se mueren de vergüenza si son sorprendidos comiendo en público.

Comer menos, "gastando" más. Esto si que es quemar calorías de una manera sana.