-   


  

  415. Martes, 19 Octubre, 2004

 
Capítulo Cuadringentésimo decimoquinto: "Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis, y para cuando se han curado de la indisposición, se dan cuenta de que se han casado". (Marx, pero Groucho, no el otro)

Viendo como "funcionan" otras religiones del mundo, no parece que la que nos ha tocado de "nacimiento" sea una de las de las peores.

Al fin y al cabo ellos dicen lo que "creen", que para eso tienen todo el derecho del mundo y los demás hacemos, con ese mismo derecho, lo que nos da la gana.

No soy yo quien, incrédulo convencido de todo tipo de convencimientos espirituales de esos, para darle consejos de como pueden conseguir más "afiliados" ahora que no les funciona demasiado bien eso del cielo y del infierno, pero no estaría mal que los señores que mandan en la iglesia, le echaran un vistazo a la historia y adoptaran algunas costumbres que otras religiones tuvieron en otras épocas y se propusieran, muy seriamente, incorporarlas a su "programa".

Un ejemplo, los romanos, esos chicos tan cultos, tan inteligentes, tan avanzados y todas esas cosas, tenían en su calendario 200 (doscientos) - (dos cero cero) - (ce, ce que dirían ellos) días festivos al año, días en los que su religión les prohibía realizar trabajo alguno.

Aquí hay uno que se iba a "convertir" en un fanático religioso, en menos que canta un gallo, cumpliría escrupulosamente y al pie de la letra esos "preceptos", y lo que es mejor, lo haría completamente convencido y con una fe a prueba de bombas.