-   


  

  427 Viernes 5 Noviembre, 2004

 
Capítulo Cuadringentésimo vigésimo séptimo: "La frontera que más incita al contrabando es la barrera de la edad". (Ana G. 50 años, bióloga, empresaria y adicta al botox)

Por más que ahora se empeñen en anunciarlo cada veinte segundos, que para eso y en según que cosas, ya hace unas semanas que estamos en navidad, no le veo yo mucho futuro a eso del "videoteléfono"

En una conversación telefónica normal, la "boca-oreja" de toda la vida, todo son ventajas, mientras finges estar concentrado en lo que nos están diciendo, puedes hacer a la vez un montón de cosas y sin ningún recato.

¿Quién no ha aprovechado, mientras estás en una conversación telefónica "trascendental", para saquear la nevera, hojear la revista porno del mes, sacarse una espinilla, explotarse un grano, escarbarse la nariz, bostezar compulsivamente, morderse las uñas de los pies, o cambiar de canal en la televisión como un poseso?

¿Quién mientras escucha pacientemente sin separar el auricular de la oreja no se ha paseado en bolas por casa, manteniendo otra "conversación" paralela y muda, llena de gestos lúbricos y señas ininteligibles con alguien que está al lado?

Pues el "videoteléfono" acabaría con todo eso y mucho más.

De atender las llamadas con la legaña en su sitio, sin peinar, con los rulos puestos, la cara llena de la exfoliante marrón y bien despatarrados sobre la cama vestidos de drag-queen, -es un suponer-, pasaríamos a tener que contestar en un perfecto estado de revista, con la sonrisa profident puesta y los calvin klein bien ajustados (por sí acaso).

Hay cosas que tienen que fracasar por pura lógica.

Hasta el lunes, que aunque el martes sea fiesta por aquí por los "madriles", esta vez no hay "puente".. y no hace falta un videoteléfono para imaginarse la cara de resignación que se me pone cada vez que lo pienso (suspiros).