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  436. Viernes, 19 Noviembre, 2004

 
Capítulo Cuadringentésimo trigésimo sexto: "Los fallos de los cocineros se cubren con salsa; los de los arquitectos, se cubren con plantas; los de los médicos se cubren con tierra". (David R., 54 años, personal numerario subalterno -antes ordenanzas-)

Teniendo en cuenta que me pagan todos los meses lo mismo trabaje lo que trabaje, primer capítulo práctico de los dedicados a los remedios caseros.

A ver si se entiende de una vez que no vamos a comisión, leches.

Y por ahí empezamos precisamente, por la leche. Te quemas, bueno, nada que no pueda solucionarse en casa y, -muy importante-, sin molestar a nadie, con un cartón de leche entera, desnatada o semidesnatada.

Basta sumergir la parte quemada en ella y su efecto emoliente hace el resto: calma los dolores, rebaja la inflamación de los tejidos, y teniéndola dentro se impide el contacto con el aire, lo que evita la infección.

Duermes con el culo al aire, por ejemplo, y te coges un catarro que no te deja respirar. Tranquilidad, hierve agua dos o tres minutos y añádele una cucharada de sal; "absorbes" la solución por la nariz (alguno es esto de "sorber" por la nariz tendrán más práctica que otros, también es verdad) y como nuevo.

Y si te sobra algo aprovecha para lavarte con esa mezcla los ojos que es muy buena para bajar las inflamaciones oculares.

Que uno llega borracho, no pasa nada, vaso de agua tibia con cuatro o seis gotas de amoniaco disuelto en ella y a tomarlo despacio y a sorbos; además de "rebajar" la cogorza, combate la acidez de estómago que suele acompañarla.

Amoniaco que también sirve, en este caso mezclándolo al 50% con agua, para detener la hinchazón y el dolor de las picaduras de los insectos. Y que quede claro que aquí el amoniaco no se bebe sino que hay que usarlo en forma de compresas sobre la picadura.

Y por si algunos, teniendo en cuenta las condiciones en las que puede estar, confunde el remedio de las picaduras con el remedio de la borrachera y lo hace al revés, también hay solución casera para eso: unas cucharaditas de limón o naranja o unas de vinagre en un vaso de agua son el mejor contraveneno del amoniaco.

El vino tinto tibio en compresas hace reventar en pocas horas los orzuelos, el perejil -cociendo 30 gramos en un litro de agua- es muy bueno contra la retención de orina, y las dos cosas juntas -cataplasmas de perejil hervido con vino- son muy eficaces para aliviar contusiones.

Y así muchos más.. casi todo se puede arreglar en casa.. y sino.. siempre queda "urgencias"; Cualquier cosa antes que molestar sin necesidad a esos pobres, sufridos, honrados y mal pagados, sobre todo mal pagados, trabajadores de la sanidad pública.

Y los viernes menos, ea.

Hasta el lunes.