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  437. Lunes, 22 Noviembre, 2004

 
Capítulo Cuadringentésimo trigésimo séptimo: "Nadie puede herirte sin tu consentimiento" Eleanor Roosevelt (1884-1962)

La naturaleza, que es muy sabia ella, ha procurado que la mayoría de los animales cuando entran en celo, sean muy poco selectivos a la hora de buscar una pareja con quien "aliviarse" de sus furores naturales.

Algunos, en cambio, como animales que somos y encima con un periodo de celo continuo, tenemos que aguantarnos el "despendole" que nos gustaría por aquello de la educación, la fidelidad, el compromiso y demás inventos de tortura que hacen llamar "respeto-a-tu-pareja".

Un asco

Y digo yo que si la naturaleza nos ha hecho así por algo será, por ejemplo, esta poca selección a la hora de buscar "compañero ocasional" es la que hace que las plantas puedan engañar a los insectos haciéndoles creer que sus corolas son sus hembras, consiguiendo así que el polen pase de una a otra.

También es verdad que hay excepciones, los grillos mormones, por ejemplo, no se dejan engañar fácilmente, y antes de elegir compañera sopesan elevando en el aire a las posibles novias, eligiendo siempre, para copular, a la más gorda.

Seguro que algunas estarían encantadas de que la mayoría de los hombres se parecieran a los grillos esos, ganarían siempre.

Pero hoy por hoy, sólo conozco a algunos que hagan eso, y no con mujeres precisamente.

Buenos días, de lunes y con sueño, con "muuuuuuuuucho" sueño.