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  460. Martes, 4 Enero, 2004

 
Capítulo Cuadringentésimo sexagésimo: "Si cada cual se ocupase de lo suyo, el mundo daría vueltas más aprisa". (Charles Lutwidge Dodgson, -Lewis Carroll- 1832-1898, escritor y matemático.)

Si es que no somos felices porque no queremos oiga.

Ya ves, enciendes el ordenador, consultas el correo y tienen un 99% de posibilidades de recibir un mensaje diciéndote que eres el afortunado ganador de un millón de dólares.

Y eso cada día.

Vale, el remitente no está muy claro y encima el texto está en inglés, pero quien más y quien menos después de ver tantas series americanas en la tele es capaz de traducir lo que pone y que no es otra cosa que las instrucciones para conseguir el premio: en cuanto llames a un número de teléfono cuajado de prefijos, preguntes por un señor no se cuántos y le des una serie de datos personales, el millón es tuyo.

¿Y que hacemos ante esta gran noticia? pues mandarlo a la papelera, cerrar el correo y pinchar en favoritos para ir a la página guarra, si, a esa que pone la foto de un chico nuevo cada día.

Desde luego, la sociedad de consumo nos obsequia con unas inigualables oportunidades para montarnos en la opulencia y nosotros pasando de ellas.

Si es que no somos felices porque no queremos oiga.