-   


  

  496. Jueves, 24 Febrero, 2005

 
Capítulo Cuadringentésimo nonagésimo sexto: "A Beethoven no le disgustaría el heavy metal. No olvidemos que era sordo". (Remigio, P. 56 años, diplomático prejubilado)

Si hay algo imposible de definir, y eso que quien más y quien menos alguna vez hasta durmió con ella, eso es la "felicidad".

George Raft, un actor que así por el nombre no suena mucho pero que fue el dueño de una cara muy conocida que hizo un montón de veces de tipo duro secundario en el cine de los años 40, confesaba a sus amigos que sólo tenía una afición: hacer el amor... incluso a los 70 años.

Presumía, y parece ser que con evidentes "razones", de haberlo hecho todos los días con seis mujeres y recordaba, entre lágrimas de placidez, el día que lo práctico con siete bailarinas, una después de otra, parando sólo lo justo.

El "estado de felicidad", contaba, la había durado varios días.

Está claro que el sexo es como la nieve que cayó ayer por aquí, nunca sabes, al menos antes de "meterte en faena", cuántos centímetros va a tener y, desde luego, nunca sabes cuanto va a durar.

Por eso, siempre hay que aprovechar mientras se pueda.