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  500. Miércoles, 2 Marzo, 2005

 
Capítulo Quingentésimo: El arte de aprovechar el tiempo tiene nombre de bitácora.

Por un día apartaré mi patosa manera de contar cosas por una, más patosa todavía, manera de contar emociones y explicar sentimientos.

Este post, que la fin y al cabo no es más que un número, quiero que se convierta en un pequeño remanso de paz que sirva como disculpa para agradecer a todos los que hemos hecho de este rincón un pequeño cuarto poco a poco amueblado con recuerdos y esperanzas.

Hoy este blog, weblog, bitácora o como "leches" se llame, que empezó siendo una triste parcela íntima sin urbanizar, cumple los "quinientos" oliendo a café recién hecho y a una amistad sin pliegues.

Y eso, también es parte de la "felicidad".

Al final y entre todos hemos desplegado en este solar vacío una tienda de campaña en la que acampar a nuestras anchas durante un ratito cada día.

Con los amigos cerca y las preocupaciones fuera.

Sé que la realidad es cruda, pero ya que enfrentarse a ella es inevitable y que hoy tenemos disculpa por aquello de un número, estiremos al máximo el humo del café.

Este peluche, que hoy se ha puesto más""tiedno" y "mimozo" que de costumbre, "oseasé" todavía más tarugo y pegajoso, desea que así sea, y que nos leamos por muchos, muchos "quinientos" más.

Lo se pa is.

    Pulgas