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  559. Lunes, 6 junio, 2005

 
Capítulo Quingentésimo quincuagésimo noveno: "Sólo hay una forma de resitir bien al frío: estando contento de que haga frío" ( Émile-Auguste Chartier, 1868-1951 filósofo francés.)

Tres paraguas, diez globos, cinco bolsas de caramelos, cuatro sombreros de paja, un montón de posters, varias camisetas X, XX y XXL, diez viseras, cuatro abanicos, un puñado de mecheros, bolígrafos para "parar un tren", dos balones...

Suma y sigue..

La "fiesta" del "Madrid 2012" de ayer, durante todo el día y durante toda "La Castellana", especialmente si uno iba con niños, era un mercadillo de "todo a 100" en el que te podías llevar las cosas más inverosímiles pero "de gratis".

Para los que como yo esto de las olimpiadas tienen un mero interés "estético", (el "deporte", junto a las "mujeres" y la "política" son tres cosas que no entenderé nunca), vivir en una ciudad "candidata olímpica" como que nos da un poco igual.

Y no digo yo que si me coge en otra época no me hubiera apuntado de "voluntario" para estar a pié de pista, en cualquier vestuario, duchas o en lo que fuera menester.

Y es que esto de los juegos ya no es lo que era.

En Grecia, por ejemplo, las mujeres tenían prohibido asistir a ellos, ni siquiera como espectadoras, bajo pena de ser arrojadas desde el monte Typaion.

Además todos los atletas y entrenadores estaban en la obligación de ir desnudos desde que Kaillipateira, hija, hermana y madre de campeones olímpicos, a la muerte de su marido, se le ocurrió disfrazarse de hombre para poder seguir entrenando a su hijo.

Todo iba bien hasta que su competitivo hijo ganó una de las pruebas, Kallipateira lo celebró de tal forma que perdió el disfraz, quedando desnuda ante sus colegas.

Desde entonces y con el fin de evitar más "fraudes", todos desnudos.

Una tradición por desgracia desaparecida con el tiempo y que, en el caso de que se pudiera recuperar, aumentaría notablemente el interés de estas "competiciones".