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tantas cosas para no hacer y tan pocas vacaciones 4

 
No hace falta haber estudiado psicología en Argentina o tener un master "honoris causa" sobre el vacío existencial "post coitum", para saber que mi afición a las películas porno tienen una causa evidente: un trauma por querer y no poder ser, cuando era más joven, actor porno.

Pero claro, dónde voy yo cuando Nacho Vidal, un héroe, alardea de tener un pene (es textual) que no cabe en un vaso "tubo", yo que podría alardear de lo mismo si el tal "tubo" fuera de ensayo.. una pena.

Así, me tengo que seguir conformando con ver a estos artistas del contorsionismo en plena faena, (siempre se aprenderá algo), y disfrutar de esa poesía que empieza en los mismísimos títulos de las películas.

Si hasta ahora, "Caramba con el mayordomo que largo tiene el maromo" y "Fui a por trabajo y me comieron lo de abajo", escrita, dirigida y protagonizada por los indescriptibles Paco Rerte y Paca Lentarte, estaban entre mis preferidas, los tres últimos títulos que he visto no se han quedado por detrás: "El fontanero, su mujer y otras cosas de meter", "En boca cerrada no entran moscas pero si pollas como roscas" o la impresionante: "Si yo no soy Curro Jiménez, ¿¡qué hago con este trabuco en la mano!?

Poesía para el cuerpo y, sobre todo, para el espíritu. Pura poesía.