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656. Lunes, 28 noviembre, 2005

 
Capítulo Sexcentésimo quincuagésimo sexto: "Cuanto más gordo sea tu enemigo, mejor para vencerle. Es más fácil clavar un cuchillo en el buey que una uña en la pulga". (Proverbio chino)

En 1930, un honrado matrimonio de naturalistas alemanes, Margaret y Heinz Wittmer, y su hijo Henry se mudaron a la isla de Floreana, en las Galápagos, para estudiar su fauna.

Su aventura no fue fácil. Vivieron en una caverna hasta que construyeron una casa de piedra y, aunque ya en la isla tuvieron dos hijos, el mayor, Henry, murió de pulmonía.

Dos años después, en 1932 y cuando gracias a su esfuerzo empezaban a conseguir ciertas comodidades, la paz del lugar se vio turbada por la aparición de unos extraños personajes: la baronesa austriaca Eloise von Wagner Bosquet, acompañada por un doctor y dos gigolós.

La aristócrata, quería construir en aquel paraíso un hotel para millonarios, una idea que horrorizaba a los Wittmer.

La cosa acabó de modo truculento. Primero fue el doctor quien falleció tras comer carne envenenada. Luego la baronesa y uno de sus amantes desaparecieron sin dejar rastro. Finalmente el otro hombre se ahogó al tratar de huir en bote.

Hubo una investigación pero hasta la fecha, el misterio de Floreana sigue sin estar del todo claro.

Vaya por delante que un servidor es contrario a cualquier tipo de violencia, pero cuando honrados trabajadores, -como yo mismo-, nos pasamos la mayor parte de nuestra vida laboral esforzándonos en parecer que "trabajamos" (con el "trabajo" que eso cuesta), no es de muy buen gusto que llegue "uno" nuevo y esgrimiendo extrañas ideas sobre "responsabilidad", "deber" "y "a mi me pagan por trabajar", se ponga como un loco a hacer cosas ¡de trabajo! y hasta tenga el descaro de presentar los "resultados" poco después de haberlos terminado.

Algo que no sólo deja en evidencia al resto de compañeros, sino que hasta ha empezado a despertar algunas sospechas entre algún malpensado jefe que comienza a lanzar alguna que otra "indirecta" sobre si los demás "aprovechamos" correctamente las horas laborales.

Una duda que, sinceramente en mi caso, ofende.

Luego dirán que pasan cosas.