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692. Lunes, 30 enero, 2006

 
Capítulo Sexcentésimo nonagésimo segundo: "Uno de los secretos de una vida feliz está en darse constantemente pequeños gustos" (Iris Murdoch, 1919-1999, escritora irlandesa)

Prince ( o como se llame ahora) además de exigir siempre su caché en efectivo y por adelantado reclama que todos los muebles del camerino estén precintados y que nadie le mire directamente a los ojos. Una de las leyendas del heavy metal, Ozzy Osbourne, exige la presencia en todos sus conciertos de un otorrinolaringólogo titulado que sea capaz de poner inyecciones de vitamina B12 (la que se usa en comas etílicos, ejem). Pavarotti pidió en una de sus galas un carro de golf mientras Iggy Pop exigió siete enanos y una montaña de brécol fresco en su camerino y el grupo americano de hard rock Van Halen siempre hace quitar todos los M&M´s de color marrón (una vez encontraron uno y la habitación acabó destrozada).

Y luego yo voy y exijo un miserable sillón de masaje (masajista musculado añadido opcional y negociable) con el que poder calmar (aunque sea minimamente) mi frenética actividad laboral de cada día y hasta me miran mal.

Todos los hombres son iguales... ¡y una leche!