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790. Lunes, 10 Julio, 2006

 
Capítulo Septingentésimo nonagésimo: "He decidido ser feliz porque es bueno para la salud" (François Marie Arouet -Voltaire-, 1694-1778 filosofo y escritor francés )

Mi ancestral misoginia, una enfermedad crónica causada por algún trauma infantil que afectó gravemente a alguna oscura parte de mi cerebro relacionada con la capacidad para razonar, tiene, como uno de los tratamientos de choque, la lectura de obras clásicas escritas por grandes pensadores de la humanidad y que pudieran aportarme una visión culta y sabia, la suya, sobre el género femenino.

Lógicamente ideas de gente tan principal y tan reconocidos por todos debería influir muy positivamente en la evolución de la enfermedad. Precisamente a ese tratamiento de choque he dedicado algún minuto del tiempo estas vacaciones. La salud ante todo.

Sin embargo no parece que me haya provocado mejoría. Al principio pensé que sería por alguna mala elección en los autores. Sin embargo, la unanimidad sobre los elegidos parece ser total: cualquiera de ellos es, indiscutiblemente, reconocido en cualquier enciclopedia como gran pensador, adelantado a su tiempo y con unas opiniones que han tenido una influencia decisiva en los avances de la humanidad.

Basten tres breves ejemplos:

El gran sabio Aristóteles, descendiente del dios fundador de la medicina, lo tenía claro: "La mujer es al hombre como el esclavo al amo"

El llamado "Doctor de la Gracia", San Agustín -un verdadero adelantado al pensamiento de su época.. y un !santo!- también opinaba sobre el asunto: "No puedo ver de qué le sirve la mujer al hombre, dejando de lado la función de parir hijos y de recipiente de pecado"

Y uno de los autores con más influencia en el pensamiento moderno, Santo Tomás de Aquino, resumía su opinión con la siguiente frase: "La mujer es defectuosa, incompleta y mal parida". Una afirmación que después de ver durante más de una semana infinidad de cuerpos de señoras tumbadas al sol -vuelta y vuelta- no voy a aplaudir, pero por una cuestión más políticamente correcta que por otra cosa.

Al final acabaré por leer sólo el "Hola". Mí salud me lo agradecerá. Buenos días. Otra vez.