-   


  

798. Jueves, 20 julio, 2006

 
Capítulo Septingentésimo nonagésimo octavo: "Me han dejado pensar durante un año. Y dejarme a mí pensar es muy peligroso" (Ana Victoria García Obregón, 1955, actriz, presentadora, guionista, animadora, madre, locutora, bióloga, hija, productora, modelo, cómica y famosa renacentista española)

Reconozco mi total inutilidad en cuestiones culinarias. Sólo tener que pensar cada día qué poner en la mesa ya me resulta agotador. Y yo no soy muy de cansarme.

Por eso (y porque no tengo otro remedio) soy adicto al cocinar/congelar, es decir, el día que te toca fabricas los tres kilos de bacalao en salsa verde que estaban de oferta, los repartes en el último cajón del congelador bien apiladitos en sus tuperwares de a dos raciones el recipiente y a tirar de ellos el tiempo que duren.

Y por eso también me ha parecido tan prácticas las recetas que he encontrado en el libro "Cocina Internacional" que, aunque ya tiene algunos añitos (la edición es de 1983), trae interesantes comiditas para hacer el día que uno tenga ganas de trastear en la cocina, congelando lo que sobre en generosas raciones de a dos bien apiladitas, y poder tirar de ellas después durante una larga temporada.

Un ejemplo sacado de la famosa y acreditada cocina beduina: "Camello relleno".
- Ingredientes:

1 camello entero.
1 borrego mediano.
20 pollos enteros de buen tamaño.
60 huevos.
12 kilos de arroz.
2 kilos de nueces.
2 kilos de almendras.
1 kilo de pistachos.
2.5 kilos de pimienta.
110 galones de agua.
Sal al gusto.

- Procedimiento:

Despelleje el camello, luego quítele la grasa y límpielo (desechar la joroba).
Haga lo mismo con el borrego y los pollos.
Hierva hasta que la carne este tierna.
Cocine el arroz hasta que se esponje.
Fría todas las nueces hasta que se doren y agrégueselas al arroz.
Cueza los huevos y pélelos.
Rellene los pollos con los huevos cocidos y el arroz.
Rellene el borrego con los pollos y póngale mas arroz.
Rellene el camello y échele adentro el resto del arroz.
Ase el camello en una fogata de carbón grande hasta que se dore.
Si le quedo arroz, extiéndalo en una fuente grande y coloque el camello encima.
Así, y salvo que invites a casa a la federación japonesa de luchadores de sumo, evitarás entrar en la cocina durante unos cuantos meses. Algo es algo.