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805. Viernes, 25 agosto, 2006

 
Capítulo Octingentésimo quinto: "Puesto que estamos destinados a vivir nuestras vidas en la prisión de nuestra mente, al menos amueblémosla bien". (Peter Ustinov, 1921-2004, actor y director de cine inglés)

No perdamos las buenas costumbres. Si hoy es viernes toca sexo (hablar de).

A ver, ya sé que a los que leemos esto, a "t-o-d-o-s" los que leemos esto, el post de hoy no nos afecta -por razones obvias- lo más minino. Pero teniendo en cuenta que según las estadísticas, una tercera parte de hombres durante las revisiones médicas sienten la necesidad de justificar su menguado paquete, diciendo algo así como: "de verdad doctor, no sé que le pasa, serán los nervios pero es mucho más grande cuando salgo de aquí", no estaría de más dejar claro que, al menos en ciertas cosas, las "primeras impresiones" suelen engañar. Y mucho.

La longitud media de un pene fláccido anda por los 9,2 cm. y su diámetro por los 3,1 cm. Mientras que en erección la longitud media es de 12,75 cm. (venga bahhhh redondeemos a trece) y su diámetro de 4 cm.

Hasta ahí bien. Pero la realidad es la que es: cuanto más corto sea el pene, mayor tamaño alcanzará con la erección. La mayoría de las personas cuyo pene mide alrededor de los 8 cm. en estado de flaccidez pueden confiar en que doblará su tamaño cuando esté completamente erecto. En cambio, sus colegas mejor dotados casi nunca experimentan un incremento proporcional tan generoso. Aunque es evidente que parten con ventaja.

Además, la mayoría de las mujeres prefieren la comodidad de algo "medio" (combinado con un amante sensible que sepa qué hacer con él y bla, bla, bla, bla). Al fin y al cabo la mayor parte del placer de la mujer se origina en el clítoris y en los 5 cm. exteriores de la vagina (donde se concentran la mayoría de las terminaciones nerviosas), por lo que, en última instancia, un pene grueso tendrá más posibilidades de satisfacerla que uno largo. Aquí el que no se conforma es porque no quiere.

Además, hay más cosas de 18 cm. que pueden proporcionar placer. Aunque reconozcamos que son igual de difíciles de conseguir. O más. Hasta el lunes.