815. Viernes. 8 septiembre, 2006
Capítulo Octingentésimo decimoquinto: "Si hablas con Dios estás rezando; si Dios te habla a ti tienes esquizofrenia". (Thomas Szasz. 1920, médico húngaro)
Keeper y yo tenemos los mismos gustos. Bueno casi los mismos. Keeper es un chimpancé del zoo de Valencia al que le encanta el porno. Cada vez que sus cuidadores le ponen cintas sobre el apareamiento de monos, Keeper se queda sentado hasta el final e incluso chupa la pantalla.
La diferencia de Keeper conmigo no es mucha. Yo prefiero ver, siempre que se pueda elegir, los apareamientos entre personas. Lo que para él es "bestialismo" para mi resulta normal. Y viceversa. Mera teoría de la relatividad aplicada a la temática de género.
Y sí, ya lo sé, ver esas cosas es pecado -y seguro que de los mortales en los que no pasas ni por el purgatorio ni nada-, pero, digan lo que digan, hemos tenido suerte. Con la religión que nos ha tocado basta, después de cada acto impuro que atente contra alguno de sus mandamientos, ir corriendo a contárselos para que te los absuelvan. Y como nuevo.
Eso sí, es conveniente hacerlo al momento. Nunca se sabe. Lo de tener fecha de caducidad y que no te la impriman al nacer es una marranada, por no decir otra cosa más grande.
Que se lo digan a Michael Godwin, que tras varios años esperando ser ejecutado en la silla eléctrica, estaba exultante cuando le comunicaron que su sentencia quedaba reducida "sólo" a cadena perpetua. Días después, cuando estaba sentado en su retrete de metal intentando arreglar la televisión de su celda, agarró un cable y se electrocutó.
No somos nadie. Hasta el lunes.