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842. Miércoles, 18 octubre, 2006

 
Capítulo Octingentésimo cuadragésimo segundo: "Si quieres ver una especie en peligro de extinción, mírate al espejo" (John Young, 1930, científico estadounidense)

Uno de los métodos conceptivos más curiosos (y hay unos cuantos raros, raros, raros) fue el que proponía Tito Lucrecio Caro, poeta y filósofo romano del siglo I a. de C., contemporáneo de Julio Cesar y Cicerón, que llegó a la conclusión de que la mejor manera de asegurar un embarazo consistía en hacer el amor a cuatro patas. Eso sí, con una condición: que la mujer no se moviera.

El buen hombre después de estudiar a fondo el tema, comprobó que las personas que -presuntamente- más hacían el amor y menos se quedaban embarazadas, las prostitutas, se movían mucho durante su actividad laboral, cosa que, según concluyó, era lo que precisamente les evitaba el embarazo.

Pues gracias a sus acertados "pensamientos", aquí el amigo se labró una excelente reputación hasta llegar a ser ampliamente subvencionado por los señores importantes de la época que, cubriéndole todos sus gastos, no le dejaban hacer otra cosa que no fuera tener algún que otro pensamiento original.

Y un servidor teniendo que trabajar para poder vivir. Luego hablan de justicia. Ya ves tú.

Y ya que estoy, y aprovechando que hoy la actividad laboral me va a impedir andar mucho por aquí, os dejo una web para que podais calcular los biorritmos. Al fin y al cabo puestos a hablar de bobadas qué mejor que una con todas las letras... O eso espero. Sobre todo viendo lo que dicen que me corresponde hoy psíquica, intelectual y emocionalmente.

Ayyyy, si ya decía yo que tenía que haberme quedado en casa.