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869. Lunes, 27 noviembre, 2006

 
Capítulo Octingentésimo sexagésimo noveno: "La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre". (Proverbio africano)

Hay frases de esas que uno ha escuchado toda la vida y que sin saber muy bien cómo, un día te levantas y te das cuenta de que son mentira.

Ocurre con aquella de "la naturaleza es sabia". ¡Y un "güevo". De sabia nada. Si fuera minimamente sabia, no nos haría la puñeta de ponernos las cosas menos importantes de nuestro cuerpo de dos en dos y, en cambio, darnos, de las verdaderamente útiles, solo una a cada uno.. y gracias.

Tenemos dos brazos, dos ojos, dos oidos, dos piernas y, sin embargo, contamos con sólo un cerebro, un estómago, un hígado, un corazón y, lo que es más sangrante: ¡un sólo pene!

Y si esto fuera una regla universal pues bueno, se podría aceptar, pero resulta que existen animalitos (en teoría "inferiores"), que cuentan con un par de miembros. Ciertos machos de ciertas especies como algunas serpientes, lagartos o crustáceos lo poseen por duplicado.

Hasta ahora esta "duplicidad" tampoco parecía que les aportara grandes ventajas ya que en casi todos la cosa funcionaba igual, aunque tenían dos, uno era el que usaban siempre, quedando relegando el segundo a un reposo casi de por vida.

Pero ahora se ha descubierto que existe un insecto autóctono del Japón, el "euborellia plebeja" que tienen funcionales sus dos miembros, dos (2), durante toda la vida y que, además, los emplea una y otra vez, bien alternándolos o bien usándolos según la postura que pille en cada momento.

Ya sé en que voy a pedir que me conviertan cuando me toque reencarnarme. Mientras tanto ya sé que le voy a pedir este año a los reyes magos.