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871. Miércoles, 29 noviembre, 2006

 
Capítulo Octingentésimo septuagésimo primero: "Aprobarlo todo suele ser ignorancia; reprobarlo todo, malicia" (Baltasar Gracián y Morales, 1601-1658, escritor español)

Consumir sustancias que alteren la situación normal de una persona no es bueno. Nos lo dicen y nos lo repiten varias veces al día. Y hacen muy requetebien. Pero lo que no pueden decirnos es que no es natural. Más de 300 especies animales son consumidoras habituales de sustancias para "colocarse".

Hay pájaros que picotean compulsivamente, algunos hasta la muerte, cualquier uva fermentada que se ponga en su camino (hace algunos años en California una bandada de petirrojos se hinchó a bayas fermentadas y la mayoría de sus integrantes acabaron estrellados contra las paredes gracias a la cogorza que se agarraron). Los osos son verdaderos amantes de los madroños cuyos frutos, de alta graduación, comen compulsivamente. Hay renos adictos a hongos alucinógenos, caballos que comen astrágalo para atontarse. Y hasta el café fue descubierto por un pastor etiope al ver cómo sus cabras tenían un comportamiento algo peculiar después de haber comido ciertos granos.

Colocarse: una forma como otra cualquiera de hacer el animal. Yo, por mi parte, voy a hacer la cabra un poco ahora mismo.