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913. Jueves, 8 febrero, 2007

 
Capítulo Noningentésimo decimotercero: No disputemos a nadie sus sentimientos; ocurre con los dolores lo mismo que con las patrias, cada uno tiene la suya. (Publio Ovidio Nasón, 43 a. de C.-18, poeta latino)

Ya en el siglo IV a.c., Aristóteles defendía la idea de que la escritura tenía que ver con la personalidad de cada uno. Desde luego doctores tiene la iglesia en tan curioso tema, pero un poco "arriesgado" me parece medir el nivel de autoestima que uno tiene por el tamaño de la letra con la que escriba, o decir que eres más emocional que tu vecino simplemente porque cuando escribes te tuerces a la izquierda. Por ejemplo.

Y claro, puestos a rizar el rizo, hay quien ha descubierto que con la escritura no sólo pueden detectarse determinados rasgos psicológicos de la persona, sino que se puede también intuir datos sobre su personalidad sexual.

Dicho y hecho, después de muchos (y muy pormenorizados) estudios, un equipo de investigadores han determinado que los caracteres sexuales de una persona se pueden determinar mediante su escritura. Y aunque , por supuesto, cuanto mayor sea la información de que se disponga, más preciso será el resultado del análisis, basta una sola letra para establecer algunas características sexuales. ¿Qué letra? Pues la respuesta es obvia: la "g"

La "g" minúscula, al igual que otras letras con pie (la "y", la "j" y la "q") aporta datos muy interesantes sobre la sexualidad de una persona a través de sus tres variantes:

- el óvalo: representa el estado de las emociones.
- el pie: se refiere a la libido.
- el bucle: expresa la forma en cómo se proyectan las pasiones.
¿Qué significa esto? Pues, por ejemplo, un óvalo pequeño y un pie grueso (número 1) significa que tienes dificultad para expresar tus emociones pero en verdad, te mueres por una aventura sexual intensa y pasional.

Si el pie es excesivamente corto (número 2), indica que -en cuestiones sexuales- eres más bien tímido y reprimido. Por el contrario, cuanto más largo es el pie de la letra más alto será el nivel de actividad sexual. O al menos predisposición a ello, que en cuestiones del sexo lo de querer es poder ... en fin.

¿Y qué pasa si apenas haces bucle en el pie de la "g" (número 3): pues eres una persona a la que le cuesta expresarse abiertamente entre las sábanas o bien que les da mucha importancia a los juegos preliminares para entrar en acción.

Resumiendo. Toma nota y me quedo con lo verdaderamente esencial del estudio: tengo que acostumbrarme a no perder el tiempo leyendo estupideces.