Capítulo Noningentésimo sexagésimo octavo: "El mayor peligro para la mayor parte de nosotros no es que nuestra pretensiones sean demasiado elevadas y no las podamos alcanzar, sino que son demasiado bajas y las alcanzamos" (Michael Heppell, 1948, escritor estadounidense)No puedo más, lo confieso: estoy enganchado a la
teletienda. No a todo lo que en ella aparece, claro. No me convencen, por ejemplo, los surrealista e interminables anuncios de las fajas saunas capaces de remodelar la silueta en menos de tres minutos aunque te comas tres latas de fabada con mantequilla para desayunar y uses el
biomanan de postre, ni tampoco le encuentro yo mucha utilidad a la crema de
babas de caracol, por más que te deje las patas de gallo como el culo de un niño.. pero estoy enganchado al que considero el más moderno, practico y útil aparato que algún brillante inventor, sin duda un verdadero genio de la vagancia, ideo para los que, como yo, doblar la ropa y tortura china siempre fueran palabras de la misma frase.
La voz que describe el aparato mientras una señora hace la demostración práctica es impresionante. Ya sólo su tono te da confianza, una voz así no puede mentir:
¡Sólo en 5 segundos toda la casa organizada! ¡En 5 segundos! Aún menos de lo que tardó en tirarla encima de la cama. ¿Quien dice ahora que los milagros no existen?