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994. Viernes, 15 junio, 2007

 
Capítulo Noningentésimo nonagésimo cuarto: "Se ahoga más gente en los vasos que en los ríos" (Georg Christoph Lichtenberg, 1742-1799 escritor alemán)

No sé quien decía que el verano y las navidades son los peores momentos para terminar el amor, cualquiera sea la forma como termina. Malo si uno es el abandonado, porque sufre; malo si es el que abandona, porque le reconcomen los remordimientos.

En cualquiera de las dos épocas no sólo el mundo parece que ha decidido divertirse porque lo dice el calendario, es que, además, no hay programa de televisión, periódico o revista que no se empeñe en restregarte desde sus páginas a gente feliz y despreocupada que exalta el amor igual que un fanático su religión. Triste comparación para quien acaba de ser abandonado.

Por eso hoy me salto casi todas las reglas no escritas de este blog y voy a usarlo para mandarle un mensaje de apoyo a alguien que lo está pasando mal, muy mal. Alguien que, además de asumir una dolorosa ruptura, se está teniendo que enfrentar -por imperativo laboral- a la explosión de felicidad ajena que se desata cada verano. Y eso tiene que joder. Y mucho.

Lo prometido es deuda. Ánimo. Sólo es cuestión de tiempo.

Hasta el lunes.