Capítulo Milésimo sexagésimo: "Demasiado al oeste es este" (Proverbio Inglés)La cosa no es de ahora. Momento "
el libro gordo enseña, el libro gordo entretiene..." Ya hace 2.500 años. Pitágoras aconsejaba cantar y tocar un instrumento musical a diario para eliminar del organismo el miedo, las preocupaciones y la ira.
Hipócrates, el padre de la medicina, utilizaba determinadas melodías para devolver la cordura a los enfermos mentales. Y el médico alejandrino Herófilo, en el año 3.00 a. C., acostumbraba a regular las pulsaciones arteriales mediante las escalas musicales.
Aristóteles, en
La Política, asociaba estados anímicos como el dolor, la pereza o la paz a diferentes ritmos, sonidos y escalas. Y hasta dos figuras tan pensativas como Confucio y Platón, creían que si la música de una nación era inarmónica y pobre, las instituciones políticas se derrumbarían.
Bueno, pues los que mandan siguen empeñados en promocionar y cantar las alabanzas del deporte cuando resulta que la música tiene casi los mismos beneficios para la salud que machacarse en un gimnasio. Y ni punto de comparación. ¿Tendrán los que manejan los hilos sanitarios acciones en esas salas de tortura con olor a quirófano?
¡Cómo nos engañan!
salud, música