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1093. Viernes, 14 diciembre, 2007

 
Capítulo Milésimo nonagésimo tercero: "Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano" (Johann Wolfgang Goethe, 1749-1832; poeta y dramaturgo alemán)

Estamos de viernes, a un paso de la empalagosa cena de nochebuena y, lo que es peor, a pocos días de la siniestra y fatídica nochevieja. Lo piensas, y entonces un sudor frío recorre tu cuerpo. Pero no hay escapatoria, cualquiera de las dos opciones ha de helarte el corazón.

Una: quedarse en casa con la familia (y arrimados):

Brindar con esa alegría tan de manual y socorrida ella, "!feliz año nuevo!"; aguantar a los inevitables metepatas que traen la cogorza ya puesta de la tarde; besarse alborozadamente con el mismo con quien hasta hace dos minutos -y durante todo el año- estabas a cara de perro; sacar todos el móvil para llamar a la vez en un concurso en el que demostrar quien de todos es capaz de gritar más fuerte; divertirse por cojones bebiendo champán o cava y comiendo hasta que los polvorones te salen por las orejas; aguantar que los primos lejanos, a los que no conoces de nada ni ganas, te pongan tibio con cuatro botes de espuma y te inviten inevitablemente a recorrer el comedor sorteando sillas y mesas, mientras suena "a mover la colita"...

Dos: salir:

El tráfico atascado y el frío de estepa siberiana; encontrarse ochocientas personas donde sólo caben doscientas; hacer una hora de cola para dejar el abrigo y otra para recogerlo, una más para conseguir un zumo en la "barra libre" y un par de ellas para poder entrar en el cuarto de baño sorteando los vómitos; aguantar a los hijos de su madre de los petardos, que se los podrían meter por donde el sol no brilla; contemplar alguna pelea de órdago y a alguno llorando a las tantas (siempre hay alguno -al que nadie hace caso- que llora en nochevieja hasta las tantas, es ley de vida); acabar con dolor de todo, que para eso siempre esa noche sienta mal el marisco, el puñetero pavo y, sobre todo, el garrafón.

¿Y que tal meterse en la cama a las nueve después de cenar una sopita..? Planificada con tiempo, por supuesto.

Hasta el lunes.

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