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932. Miércoles, 7 marzo, 2007
Capítulo Noningentésimo trigésimo segundo: "A menos palabras menos pleitos" (Baltasar Gracián, 1601-1658, escritor español) Y luego hay quien todavía se atreve a decirme que soy un guarro por no usar ningún tipo de ropa interior. Salvo, claro está, en bodas, bautizos, comuniones y/o entierros.
¿Guarro? Pues no. Si acaso... precavido.
931. Martes, 6 marzo, 2007
Capítulo Noningentésimo trigésimo primero: "La violencia es el último recurso del incompetente". (Isaac Asimov, 1920-1992, escritor y bioquímico estadounidense)
Dicen que para hablar bien hay que saber callar no menos bien. Callar y hablar son dos posibilidades profundamente humanas, esencialmente humanas. Por supuesto, el silencio no es callar sin ton ni son, como hablar no es emitir palabras a tontas y a locas, pero sé, como casi todos, con cuánta frecuencia callar es gritar intensamente y como, en tantas ocasiones, lo incontable sólo cabe insinuarlo en el silencio. Por eso, hoy me pongo un poco más serio que de costumbre y, con el silencio de unas pocas palabras, me gustaría rendir homenaje a todas aquellas personas, especialmente mujeres -aunque no sólo mujeres- , cuya único error en su vida ha sido cruzarse en el camino de un hijo de puta. Con todos mis respetos a sus señoras madres y, sobre todo, a las señoras putas. Mañana vuelvo a las andadas, pero hoy me apetecia decirlo. Y mientras, aquí dejo una curiosa viñeta que me he encontrado en un periódico de ayer. Para desengrasar un poco el tema. Aunque no acabo de saber si sirve para reir o para llorar.
930. Lunes, 5 marzo, 2007
Capítulo Noningentésimo trigésimo: "No hay mejor forma de ejercitar la imaginación que estudiar la ley. Ningún poeta ha interpretado la naturaleza tan libremente como los abogados interpretan la verdad" (Jean Giradoux, 1841-1929, escritor francés)
No sólo de blogs vive el peluche en internet. Este fin de semana me he puesto muñoncitos a la obra y he creado mi primer virus informático. Ahí queda eso.
Ya sé que es un poco chapuza (además de haber varios muy parecidos circulando por ahí) pero tengo que reconocer que no he podido dedicarle mucho tiempo a la criaturita. Se me han ocurrido muchas cosas para hacer este fin de semana pero entre ellas -al menos entre las quinientas treinta y ocho primeras- no se encontraba la informática. Cuestión de prioridades. De todas formas, a ver si le podeis darle una oportunidad al pobre. Jooo.
929. Viernes, 2 marzo, 2007
Capítulo Noningentésimo vigésimo noveno: "Las bibliotecas son como las boticas: hay muchos venenos y pocos remedios" (André L. G. Prémontval, 1755-1813, matemático francés)
Ayer jueves andábamos poniendonos el preservativo. Hoy, y para que no nos enfriemos mucho, nos saltamos -aunque no se deba- los preliminares y vamos al siguiente paso. Según cuentan unos investigadores (de esos que intentan mejorar la vida sexual de sus semejantes estudiando los comportamientos ajenos, -¡cómo si en cuestiones de sexo hubiera dos personas iguales!-), los hombres tenemos orgasmos cuya duración media se sitúa entre 10 y 30 segundos. Las mujeres, quienes por su naturaleza de mujeres tienen evidentes ventajas en cuestiones de sexo (las desarrollen, o no), entre 13 y 51. Y no sólo eso. Mientras las señoras y/o señoritas tienen diez maneras de conseguirlo, (las desarrollen, o no) los hombres sólo poseemos (las desarrollemos, o no) cuatro: estimulando el pene (bien sea por masturbación o a través del coito), el más habitual y por mucho, estimulando la próstata y el ano, estimulando los pezones y, ya para los más raros (y, sin duda, más afortunados) estimulando simplemente su fantasía. Ya sabemos que hay gente para todo, y seguro que el informe está hecho con la mejor intención, pero a mí este tipo de estudios, que suelen estar avalados por alguna universidad americana con nombre de señor multimillonario y mucha palabrería bien envuelta en un montón de cifras que nunca se van a poder comprobar, me dan más miedo que un nublado. Claro que la única manera de saber si semejantes datos responden a la realidad o simplemente son la excusa para justificar un sueldo de becario a final de mes, va a ser comprobándolo por nosotros mismos. Voy a pasar, por razones evidentes, de andar cronómetro en mano para saber si acabo en dieciocho o en veinte segundos, pero desde luego, y ya que está el fin de semana por delante, tengo toda la intención de comprobar si es verdad que hay cuatro maneras de conseguir un orgasmo. Y ya de paso intentar descubrir alguna nueva. Hasta el lunes.
928. Jueves, 1 marzo, 2007
Capítulo Noningentésimo vigésimo octavo: "La verdad no siempre es bonita, pero el hambre de ella sí". (Nadine Gordimer , 1923, escritora sudafricana)Desde luego nadie puede rebatirles sus argumentos: el mejor arma para luchar contra cualquier enfermedad de transmisión sexual - V.I.H. incluido- es la abstinencia. También es verdad que a sus apologistas se les olvida incluir una alternativa igualmente válida: la castración (en cualquiera de sus modalidades). Sus razones tendrán para ocultarla. Doctores tiene la iglesia, y nunca mejor dicho. Pero más allá de teóricas verdades absolutas e irreales dictados morales está feo mentir (creo que hasta ellos mismos lo consideran pecado): el medio más eficaz para prevenir y evitar la propagación de estas enfermedades (muy por encima de la fidelidad absoluta a la pareja -" todo el mundo miente", House dixit-) es el preservativo. Nos pongamos como nos pongamos... Siempre que nos lo pongamos bien. Lo siento, pero este tema me supera. Según el informe Durex, España es uno de los países del mundo donde más precauciones se toman a la hora de tener relaciones sexuales. Pero ¡todavía! algo más de la cuarta parte de las personas que participaron en la encuesta (un 27%) reconoce abiertamente haber practicado sexo sin protección o sin conocer el historial sexual de su pareja. Estamos locos. Y eso que el condón no es un invento de ayer. Momento didáctico/repelente: en unas pinturas rupestres de hace más de doce mil años que hay en la cueva francesa de Combarelles ya aparece un señor manteniendo relaciones sexuales con algo parecido a un condón cubriendo su pene. Los romanos eran gran aficionados a los condones caseros (fabricados con tripa de corderos) para evitar las enfermedades venéreas (esa Venus.. diosa del amor) aunque no fue hasta el siglo XVI cuando al anatomista italiano Gabrielle Fallopio (el mismo de las trompas) se le ocurrió, en vista de una epidemia de sífilis, crear una funda de lino lavable que se ataba al pene con un lazo. Una idea similar a la que tuvo por la misma época el doctor Condom, un médico del rey Carlos II de Inglaterra que le acabó dando el nombre al invento. A pesar de estos intentos hubo que esperar al descubrimiento del latex a principios del siglo XX, para que se convirtiera en algo más extendido.. no mucho, teniendo en cuenta que no pudo ser vendido libremente hasta 1970. Mientras no alcancemos en la escala evolutiva a algunos animales que ya han solucionado el problema (las arañas son capaces de copular mediante un sistema de lo más original -y más bien pelín aburrido-: el macho, una vez aceptado por la hembra, flexiona su abdomen como si se masturbara, toma con sus patas su semen y se lo ofrece a la hembra, que se lo guarda en un bolsillo para cuando lo necesite), nunca sobrarán las advertencias para que usemos el condón. Si-em-pre.
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