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1150. Jueves, 27 marzo, 2008

 
Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo: "Llego la hora de la pausa... espero que puedan contener durante unos minutos los impulsos sexuales de vuestras parejas... si no puede ser, no puede ser... en cualquier caso volveremos después de la publicidad con el sector mas casto de la audiencia." (Antonio Gasset Dubois, 1946; periodista, presentador de televisión y crítico de cine español)

Efectivo método para adelgazar valido sólo para hombres: no separarse de una mujer que esté a dieta. Al menos durante el tiempo que ella resista.

No falla. Si vas a comer acompañado de alguna señora y/o señorita que se encuentre a plan, (en esta época das una patada y salen tropecientasmil) pide lo que quieras. No importa. Ella, fiel a su compromiso, pedirá las verduras a la plancha y la merluza al vapor pero -inevitablemente y por alguna ley cósmica- en cuanto tengas delante tu plato de patatas fritas ella disimuladamente (o no) empezará a coger de él; cuando te quieras dar cuenta no habrá dejado ni la de la vergüenza. Tranquilo, tampoco te quedarás sin comer, el 97,3 % de ellas te ofrecerá compartir sus zanahorias hervidas.

Hay que tener claro que la situación se repetirá en cualquier otra circustancia de peligro. En el cine, por ejemplo, puedes pedirte el cacharro más grande de palomitas, ella, nuevamente fiel a su compromiso, no comprará ninguno pero ten por seguro que vaciará el tuyo antes de que se acabe el anuncio del movirecord. Y lo mismo pasará con las bebidas, como ella está a dieta se pedirá agua, tú podrás pedir pedir cerveza sin ningún problema, en cuanto la traigan cogerá la copa y se echará un buen trago para acabar diciendo lo buena que está y lo bien que entra. En unos cuantos minutos apenas quedará la espuma.

Y así suma y sigue. La conclusión es evidente: si tienes a alguna mujer cerca que lleva un tiempo a régimen acabas adelgazando tú. Fijo.

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