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1173. Martes, 29 abril, 2008

 
Capítulo Milésimo centésimo septuagésimo tercero: “Nunca trates de enseñar a un cerdo a cantar. Perderás el tiempo y fastidiarás al cerdo". (Proverbio ruso)

En tiempos de crisis, cualquier idea que sirva para ahorrar tiene que ser bienvenida.

El faraón Menopto, que reinó en Egipto más o menos por el año III a. de C., tras vencer a sus enemigos los sirios mandó cortarles sus 13.000 (trece mil) penes, trofeo que exhibió y acabó repartiendo entre sus más íntimos para demostrar su gran victoria y, ya de paso, ahorrarse alimentar a los miles de esclavos -a sus empleados nunca les faltaron lechugas que llevarse a la boca- que hubieran sido necesarios para fabricar otras tantas figuritas conmemorativas que el bueno de Menopto acostumbraba a repartir cada vez que el faraón volvía victorioso.

Y es que, cuando las dificultades empiezan a aparecer, la imaginación es la mejor herramienta para enfrentarse a ellas.

El sultán Key Coubat I de los selyúcidas, una importante dinastía turca de Oriente Próximo que gobernó el oriente musulmán por los siglos XI y XII, pasó a la historia por fabricar 300 tiendas de campaña para su ejército con los testículos y escrotos de los 30.000 enemigos capturados en batalla.

Y luego dicen que lo del reciclaje es un invento moderno.

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