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1203. Viernes, 13 junio, 2008

 
Capítulo Milésimo ducentésimo tercero: "La sinceridad es un privilegio al que los hombres tenemos que renunciar" (Verano de corrupción, Bryan Singer; 1997)

Nacho Vidal, 24 centímetros de longitud y poco más de tres de grosor (justo ahora nótese un largo suspiro de insana envidia... que no son pocos los inconvenientes de tener que soportar un tamaño mayor...ejemmmm), en su libro "Confesiones de una estrella del porno" (Editorial Martínez Roca) afirma tajante: "el secreto para mantener más tiempo la erección es no comer nada desde varias horas antes de rodar".

Normal. Cuando uno come el cuerpo necesita movilizar una buena parte de su sangre hasta el estómago para que se lleve a cabo el proceso de la digestión. Como sangre hay la que hay (su volumen en el cuerpo no varía y -al menos que se sepa- todavía no tiene el don de la ubicuidad), si está en un sitio no está en el otro.

Algo que, además de tirar por tierra aquello de "una cena romántica siempre es el preludio en una intensa noche de pasión" (con el consiguiente ahorro de la misma que para eso estamos en crisis) debería cambiar nuestra estructura mental; ahora, y antes de la típica –y generalmente única- pregunta (“Hola, ¿eres soplanucas o muerdealmohadas?") se hace imprescindible exigirle a la persona con la que intentamos consumar el posible intercambio de fluidos, un informe lo más detallado posible sobre el horario de sus últimas comidas. Y si está debidamente compulsado mejor que mejor. Evitaremos más de una sorpresa. Hasta el lunes pues.

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