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Jueves, 3 julio, 2008

 
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"¿Por qué todos los programas de televisión son iguales? Cuando un programa -generalmente copiado y/o fusilado de las teuves extranjeras tiene cierto éxito de público, se multiplican por todas las cadenas copias clónicas. Hubo la moda de reality-shows que vinieron acompañados de programas de medicina y cirugía en vivo y en directo. Cada cadena tenía su médico particular que nos abrumaba con los detalles de cómo se extirpa una hipófisis o cómo se implanta un pene. En los descansos nos echaban anuncios de filetes de pescado congelado y aspirina, lo que completaba muy bien el menú de la cena. Allí donde se producía un crimen múltiple, una violación salvaje, un suicidio aparatoso, un ajuste de cuentas, las teles estaban en primera línea, dirigidas por el presentador, interrogando a los testigos, enseñando manchas de sangre en las paredes, armas homicidas y tomando declaración a los familiares de las víctimas, haciendo de su capa un sayo y probablemente borrando pistas. Estos programas -todavía quedan algunos vigentes como Sucedió en Madrid, vulgarmente conocido por Suicidio en Madrid- estaban aderezados muy oportunamente por anuncios de tampax y compresas que mantienen a las usuarias "limpias", de sangre se entiende. (Si alguien piensa que estoy empezando a ponerme borde, es que no ve la tele).

Luego vino la avalancha del humor. Hacer reír a cualquier costo, ése era el reto. El culpable fue Chiquito de la Calzada que puso de moda los chistes en andaluz preferentemente de mariquitas. Todas las cadenas enloquecieron al mismo tiempo y no había programa sin graciosos famosos o anónimos que contaban chistes -con acento andaluz y de sarasas- sin cesar, horas y horas. Todo era siempre divertidísimo, tronchante, desopilante, desternillante y alucinantemente gracioso.

Ahora nos acribillan con programas de mujeres, para mujeres, por mujeres, con mujeres, sobre mujeres, patrocinados por esas grandes tetas que hay detrás de toda gran persona. ¿? Hay incluso programas idénticos, con los mismos anuncios, los mismos invitados y los mismos públicos. El personal, claro, alucina a cuadros.

- No sólo son iguales, es que hablan de lo mismo -le comenta una señora a su esposa que está con gripe-.
- Si los telediarios son todos prácticamente iguales, por qué no pueden ser iguales los programas. -Contesta el marido-.
- Los telediarios son las noticias. No tiene nada que ver. Yo podría decirte que todos los partidos de fútbol son iguales, podrían poner uno y repetirlo todo el rato, no te jode. Por cierto, tengo que confesarte algo.
- ¿Tienes un amante? ¿Has escoñado el coche? ¿Has envenenado a mi madre? ¿Lo has perdido todo en la Bolsa?
- Peor. No pude remediarlo y me hicieron hablar para la tele, qué pensamos los ciudadanos, ya sabes, sobre la financiación autonómica.
- Hostia, la he cagado. Era el único de la Peña que mantenía el récord de boca-cerrada con cero puntos. Me has hecho polvo. Para una vez que soy el primero en algo. Con vosotras no se puede contar nunca. "
Transmongoliano día 7: En tren hacia Irkutsk