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1237. Viernes, 22 agosto, 2008

 
Capítulo Milésimo ducentésimo trigésimo séptimo: "El romanticismo es la etapa entre el hola y la cama" (Carlos P. 29 años, RR. PP.)

Aunque el mecanismo básico es como el de los otros insectos: el macho le pasa a la hembra una pequeña bolsa repleta de espermatozoides (que él consigue flexionando su abdomen en una maniobra similar a la masturbación) y ella se los guardará para introducírselos cuando más le convenga, (ya sin la ayuda de su amante), el coiteo entre libélula y libélulo no deja de tener su aquel.

Y es que, una vez que se han decidido a intercambiar fluidos, ambos se fijan entre sí mediante una pinza que el macho tiene al final de su abdomen y con la que sujeta a la hembra por la base de la cabeza. La falsa cópula -la entrega de la bolsa por parte de él a ella- se produce en el momento justo en que los cuerpos de los dos insectos, que están volando, se curvan formando un corazón.

Desde luego la cosa no puede ser más insulsa... pero hay que reconocer que la casualidad no deja de tener su encanto. El lunes, más.