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1157. Lunes, 7 abril, 2008
Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo séptimo: “La salud, lo mismo que la fortuna, retira sus favores a los que abusan de ella”. (Charles de Marguetel de Saint-Denis, seigneur de Saint-Évremond, 1610-1703; escritor francés)Es lunes. Me duele la garganta. En principio nada grave... pero sólo en principio. Una de las peores consecuencias de la vejez es el afán que les entra a algunos órganos del cuerpo por adoptar acciones sindicales contra uno mismo. Y el empeño del resto de sus compañeros –que se conocen de toda la vida- de solidarizarse con ellos. Por eso, ¿quién me asegura que semejante síntoma no es sino el principio de la rebelión del resto de sus colegas? Que, por ejemplo -y para apoyar la causa-, el riñón se ponga en plan solidario, le dé por sentirse una concha marina y decida que quiere criar una perla para obsequiarme con un cólico nefrítico de ahí te espero. Y no quiero ni pensar en corazones filosofando sobre lo aburrido del latir porque sí, o en hígados que presentan su dimisión y tiran la toalla hartos de metabolizar porquerías. Ya sé que somos criaturas frágiles y que el engranaje falla cuando uno menos se lo espera, pero a estas alturas de la película, cualquier pequeño contratiempo puede desencadenar una tragedia. Es lunes, me duele la garganta y no debería estar aquí. Pero me han despachado con un "eso no es nada". En casa del herrero cuchillo de palo. No acaban de entender la gran verdad que encierra a partir de ciertas edades el "mejor prevenir que curar". Egoistas. Luego dicen que pasan cosas. lunes, salud
1156. Viernes, 4 abril, 2008
Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo sexto: "Los peces de colores solo tienen 3 segundos de memoria, ¿lo sabías?, si tardan 3 segundos en rodear la pecera, todo es nuevo otra vez. Cada vez que 2 peces se ven es como la primera vez. Es como si fueran humanos. Como cuando nosotros nos enamoramos... Es como si fuera la primera vez... Una reacción química nos hace olvidar los recuerdos dolorosos de la ultima ruptura y decimos ¡Vaya! !Esto es genial, es nuevo! !Esto es diferente!" (Sean Campion en "La memoria de los peces", 2003) Pompeya, 12.000 habitantes, colonia de mediano tamaño de la antigua Roma, la cual, gracias su magnifica posición en el golfo de Nápoles y a las ricas tierras volcánicas que la rodeaban, disponía de una notable riqueza. Tenía además, como pueblo avanzado que era, una importante vida cultural y social como da fe la existencia en la misma de 35 lupanares, un número importante comparado, por ejemplo, con sus 32 panaderías, los nueve talleres de tintorería o sus 18 lavanderías. ¿El secreto del éxito?, la especialización. Las muy diversas preferencias que en cuestiones de sexo tenían los pompeyanos especializaron la oferta de tal forma que todos los negocios dedicados al tema -autónomos incluidos- vivían sin problemas. Cada uno ofrecía algo distinto a los demás. Podían tomar nota los pequeños comercios de ahora: en la especialización está la solución. Destacaban las ofertas de prostitución femenina (la mayor parte de la putas -del latín putidos: "apestoso", "podrido"- eran griegas o se hacían pasar por ellas y debían llevar el pelo corto), algunas muy económicas, como las de prostitutas que ofrecían sus servicios en el extrarradio de la ciudad o en las vías romanas rodeadas de monumentos funerarios. En uno de ellos todavía se puede leer la inscripción "Felix felat as sibus I" - Felcia la chupa por un as-. Buena idea de marketing. Una lista de precios clara siempre evita que el cliente pueda llevarse algún susto en la factura final. Otras, más discretas, se ofrecían por dos ases, pero indicando su " buenas maneras y su buen hacer". Algunas utilizaban nombres exóticos, y otras tenían un elevado caché, dando a entender que ofrecía un lujo y un refinamiento en consonancia con un servicio elitista y un trato más exquisito. Las más caras ofrecían incluso " conversación". Normal, si alguien quiere un servicio que incluya alguna extraña parafilia a la hora de coitear es lógico que pague más por él. La prostitución homosexual también era abundante. En una sociedad como la romana en la que la homosexualidad gozaba de una tolerancia notable, no era nada raro. Está documentada por la publicidad que, en forma de pintadas, aparecía a la puerta de las casa en las que se ofrecían los servicios y que se han conservado gracias a la lava del Vesuvio. En una de ellas todavía se puede leer claramente: "Mentula V HS" - se ofrece verga por cinco sestercios-. A primera vista quizá un poco cara, pero si tenemos en cuenta que a la salida de la misma casa hay otra pintada -posiblemente realizada por algún cliente satisfecho- se puede leer "Narcissus fellator maximus" pues... Lo bueno siempre cuesta más. Pompeya, una ciudad para vivir. Por cierto, ¡qué poco han cambiado ciertas cosas a pesar de los muchos años que han pasado! Hasta el lunes. cultura, historia
1155. Jueves, 3 abril, 2008
Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo quinto: “Cuando estoy entre locos, me hago el loco". (Diógenes de Sinope, 413-323 a.C.; filósofo griego de la escuela cínica)Tras casi seis años escribiendo aquí cada mañana, no hará falta recordar del pie que cojea uno, no obstante, matizo: nunca he ejercido mi derecho al voto. Soy huérfano de partido político y se nota. Ahora dicen que no debería abrir la boca sobre el resultado de las elecciones porque no he contribuido como ciudadano. Visto así, resulta que soy un despojo de votante y la gente me señala por la calle. Se lo noto en la mirada. Reniego cada vez que me hablan de política y, sobre todo, de los políticos, unos señores metidos continuamente en tabernarias disputas –sólo de cara a la galería- que dicen hablar de ideales. Cómo si acaparar dinero al grito de ¡ sé de nosotros danos tu voto! fuera algún ideal. Por más que lo intento no le cojo yo el tranquillo a estas historias. Siempre me han molestado las cuadrículas -para ellos invariablemente sólo pueden existir dos bandos: el mío bueno, el tuyo malo- y aquí, los amigos que se dedican a no se sabe muy bien qué, se empeñan en llevarlas a rajatabla. A su interés. Yo les botaría sí, con B. política, ideales
1154. Miércoles, 2 abril, 2008
Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo cuarto: “Puritano: persona que jamás aceptará la idea de que al nacer ya se encontraba en la cama con una señora” (Proverbio macedonio)¿Por qué se empeñan siempre en presentar a los recién nacidos como unos pequeños seres indefensos? Proporciónese a cualquiera de ellos un hogar propio y nos daremos cuenta de que es el ser menos indefenso de todos lo que habiten en la casa. Lo único que necesitará para satisfacer sus caprichos es que se preocupen un poco de él. Si esto no ocurre, lanza un leve quejido, y si pasa del quejido a la rabieta, tendrá a toda la familia en vilo durante varios días. No puede andar, ni hablar y tampoco alimentarse o bañarse por sus propios medios, pero hasta en eso tiene suerte. No puede andar, desde luego; pero sí, en cambio, permanecer echado en la cama todo el santo día, dando patadas al aire, algo que ya nos gustaría a muchos. Tampoco puede hablar, pero esto le evita contestar a tantas preguntas estúpidas que nos hacen a los demás cada día, discutir sobre política o fútbol o tener que aguantar por cortesía a cualquier pelmazo empeñado en contarle su vida. Y si tuviese que soportar esto último, siempre tendría la posibilidad de volverse de espaldas y dormirse, algo que ninguna persona, por muy educada que fuera, reprobaría. No tiene que preocuparse de qué ropa se tiene que poner cada mañana o de qué es lo que va a comer. Nadie pondría ningún gesto raro si prefiriera estar desnudo, y si no le gusta la comida que le dan puede, con toda confianza, escupirla, lanzarla, vomitarla o simplemente rechazarla sin importarle la persona que esté presente. Al terminar de comer le está permitido eructar a todo pulmón, ganándose los aplausos de los que, apenas un par de años después, le recriminarán esa misma acción. Igual que le criticarán las formas y los modales que use para comer pero hasta entonces todos se quedarán embobados si decide comer de la forma que sea. Si luego se convierte en un hombre guapo, rico, bueno o triunfador, no faltará quien lo envidie; pero si por el contrario fuera feo, pobre, miserable o fracasado, le darían todos de lado. Ahora, quizá por última vez en su vida, los poetas le lanzan sus elogios, las señoras mayores lo acarician, todos lo adoran y todos lo miman. Es, sea como sea, el blanco de todos los piropos. Lejos de representar ese ser indefenso que nos venden, un recién nacido es el único ente que puede utilizar el mundo como una palanca para satisfacer todos sus deseos. Y el mundo tan contento. Por algo ocho de cada diez pediatras confiesan que si volvieran a nacer les gustaría ser un recién nacido para siempre. niños, sociedad
1153. Martes, 1 abril, 2008
Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo tercero: "Las moscas no son molestas por su violencia, sino por su número" (Francisco de Sales, 1567-1622; obispo italiano y santo)Primer día del mes. Poco tiempo para escribir. Pocas ganas de escribir. La combinación de semejantes factores ha parido una de las pocas verdades absolutas que existen en el universo y sus alrededores. Una de esas verdades que han permanecido, permanecen y permanecerán inalterables por los siglos de los siglos: "Los años pasan, los culos caen".
Amen. blog, sentencias
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