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1290. Viernes, 7 noviembre, 2008
Capítulo Milésimo ducentésimo nonagésimo: "Adonde quiera que fueres, ten de tu parte a las mujeres" (Proverbio universal)
Por razones bioquímicas, psicosomáticas, o por alguna otra causa aún más compleja (y que yo particularmente nunca podré entender), la mujer ha despertado siempre en el hombre una fuerte atracción. Ese ser delicado, bello y aparentemente desvalido, provoca en el individuo del sexo opuesto un inexplicable instinto posesivo, de forma que ante una persona humana femenina bien dotada, proporcionada y redondeada, el varón reacciona normalmente con el deseo imperioso de llevársela a casa. No importa que allí ya tenga otra bastante apañada; él se la llevaría de todas formas y acumularía con mucho gusto varios de estos seres tan incomprensibles como misteriosos, como hacen en los viejos y sabios países donde existe aún la poligamia. De puro buenos que son los hombres, ésa es la verdad. Pero, por desgracia para la mayoría, la cosa no es fácil; al menos en Occidente la costumbre hace que toquen –de forma simultánea al menos- a una sola mujer por barba, de modo y manera que sus humanos y protectores sentimientos pueden ejercerlos, al menos en teoría, una única vez. Y esto crea problemas. El subconsciente de muchos individuos no se ha resignado; son ninfocleptomanos, como si dijéramos, y no consiguen hacerse a la idea de que con una sola mujer tienen que conformarse; esto hace que miren a las demás, especialmente a las jóvenes y guapas, con la nostalgia que producen los caminos no andados y con una amargo sentimiento de frustración. Pobres hombres... tantas mujeres y tan poco tiempo.
1289. Jueves, 6 noviembre, 2008
Capítulo Milésimo ducentésimo octogésimo noveno: "En casa vieja todo es goteras” (Proverbio eslovaco)Te levantas medio dormido y -sin saber cómo- acabas delante del espejo enfrentándote a la cruda realidad: enllegando a estas edades ya no queda ni el consuelo de pedir un completo xxxl en la corporación dermoestética. Sí, vas, consultas (que para eso la primera es gratuita), y te dicen que algo se puede hacer, que visto lo visto la cosa está difícil, que te va a salir caro pero que ellos son los mejores y que después de que te quiten de allí, te pongan aquí, te bajen aquello y te suban, sobre todo te suban, esto, vas a tener que poner en el D.N.I. la foto de cuando hiciste la primera comunión. Pero claro, lo que no te cuentan es que a estas alturas de la película el material del que dispones para que te lo manipulen está ya tan trabajado, está ya tan aporreado, que antes de que terminen de subirte la papada ya se te ha vuelto a caer el glúteo izquierdo. Justo por el que empezaron. Y así no hay manera. Juventud, divino tesoro.
1288. Miércoles, 5 noviembre, 2008
Capítulo Milésimo ducentésimo octogésimo octavo: "Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia" (Platón, 427 a. C.-347 a. C.; filósofo griego)Cuenta el autor de Dilbert, el mismo que considera jefe perfecto sólo a aquel que muere de muerte natural un jueves por la tarde, la historia de un moderno ejecutivo que compró ordenadores portátiles para que los empleados de la empresa los utilizaran cada vez que fueran de viaje. Pero este jefe pensó que cualquiera podía afanar aquel valioso material con la consiguiente pérdida económica para la empresa. Solución: encadenar los portátiles a las mesas de los despachos para así evitar los posibles robos. Ya sé que para la psicología moderna el solo hecho de plantearse que todos los jefes son idiotas se basa en un deseo de vengarse de la autoridad y del poder establecido -aunque yo, particularmente, creo que es simple envidia cochina- pero, y partiendo de que el amplio muestrario de estupidez humana que pulula por los círculos laborales no entiende de cargos.. ¿a que da la ligera impresión de que para llegar a jefe -al menos en la cosa pública- uno tiene que ser un poco tonto?
1287. Martes, 4 noviembre, 2008
Capítulo Milésimo ducentésimo octogésimo séptimo: "El dinero lo inventó el diablo, por eso no conviene pregonarlo” (Proverbio egipcio) De toda la vida uno aprendió que la propina es, sobre todo, un símbolo de agradecimiento por un trabajo bien hecho. Teniendo en cuenta semejante afirmación he echado cuentas y resulta que, a pesar de tener que tratar cada día con un montón de gente, jamás de los jamases me han dado una sola propina... por lo que he llegado conclusión de que nunca, nadie, ha quedado satisfecho con mis servicios laborales. Lo de las propinas, como todo, tiene su historia. La cosa empezó en la antigua Roma cuando se recompensaba con una copa de vino a todos los que acudían a una asamblea. Por eso, la palabra propina viene del verbo “ propinare” que, ni más ni menos, significa “ invitar a beber”, agasajo que con el tiempo se sustituyó por dinero. Más curiosa, y mucho más practica, es la versión inglesa de propina: “ tip”, palabra que deriva de un cartel que les dio por poner a algunos comerciantes sobre las cajas registradoras en los que se podía leer “ to insure promptness”, y que significaba algo así como “ para asegurar rapidez”, indicando a los viajeros que una moneda de más les aseguraría una atención inmediata. Dicho lo cual he decidido pasar a la acción. Estoy pensándome seriamente poner un cartelito bien grande a la entrada que diga algo así como “ se admiten tips”, (mucho más elegante y discreto que el “ se admiten propinas”). Sabiendo la afición que tienen la mayoría de los que por aquí pasan por ser los primeros en ser los atendidos seguro que me saco un sueldecito extra. Buena falta me hace... por la crisis y eso.
1286. Lunes, 3 noviembre, 2008
Capítulo Milésimo ducentésimo octogésimo sexto: "Cuando tengas un limón en vez de quejarte por tener algo amargo y agrio, hazte una limonada" (Julius Rosenwald, 1862 - 1932; empresario estadounidense)Vamos, aquí uno que se apunta a dejar su cuerpo durante el horario laboral más suelto que el de una muñeca chochona después de un chute intravenoso de sosegon. No voy a ser yo quien me produzca “ tensiones innecesarias”. Y menos un lunes. Sólo faltaría.
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