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1376. Lunes, 30 marzo, 2009

 
Capítulo Milésimo tricentésimo septuagésimo sexto: "Mala cosa es tener un lobo cogido por las orejas, pues no sabes cómo soltarlo ni cómo continuar aguantándolo". (Publio Terencio Afer, 195 aC - 159 aC.; cómico latino)

Huevón. Huevazos: individuo tranquilo y torpe cuya cachaza y escasa actividad exaspera a quien lo trata. Se predica también del bobalicón y del sujeto sin reflejos, de reacciones lentas, así como del calzonazos. El huevón y huevazos es el resultado de mezclar un tonto con un pasmarote, fruto de cuya unión es el “tonto los huevos”, dicho así por tenerse en mente los testículos, zona a la que se alude en metáfora porque, en opinión del vulgo, la tranquilidad de estos individuos contribuye a engordarles esas piezas.

De lo que se puede deducir (que para eso el vulgo siempre tiene la razón -democráticamente hablando-) que, insultos aparte, los más bobalicones, lentos y torpes son los que más grandes los tienen.

Y yo pensando que la mayoría de mis jefes no servían para nada. ¡Qué cosas!