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1430. Jueves, 25 junio, 2009

 
Capítulo Milésimo cuadringentésimo trigésimo: "La mitad de la belleza depende del paisaje, y la otra mitad del hombre que lo mira". (Lin Yutang, 1895-1976; escritor chino)

Idea/aviso al Ministerio de Igual-dá: debería ponerse manos a la obra para promover con carácter de urgencia (por realdecreto o por lo que sea) medidas que homologuen las actitudes y comportamientos durante el visionado en grupo de las películas... llamémoslas X. En pocas situaciones se produce un desigualdad tan brutal entre hombres y mujeres como en estas circunstancias.

Independientemente de la calidad del guión, de la interpretación de los actores o del alto presupuesto del vestuario, cuando son varios los tíos que están viendo semejante acontecimiento cinematográfico los comentarios más habituales serán del tipo: “¿Pero cooooño.. eso se puede hacerrrrr?”. “Huyyyy, voy a decírselo a la mariajesús a ver si se anima que a ella por ahí no le entra ni el bigote una gamba” (por cierto... ¿cuántos bigotes le entrarán a él?), seguido de unas cuantas risotadas, un gracioso apostillando que sí, que es verdad, que a la suya por ahí no le entra ni un pedo a martillazos, algún que otro berrido, y los habituales y discretos -a la par que elegantes- comentarios sobre los (dos) apéndices mamarios de las artistas en pantalla. La parte intelectual la suele poner el enterado de turno (en estas tertulias siempre hay un enterado de turno) que no sólo dice haber visto la película cinco veces, sino que él –faltaría- ya ha hecho lo mismo que se ve en cada escena mucho antes de que la rodaran... y con tías mucho mejores. Completa el panorama uno al que llaman el tímido porque siempre se tapa con el cojín (¿por qué se llamará cojín si siempre es más grande que un cojón?) no sea que cuando salga el policía se empiece a fijar demasiado en su porra, sus “amigos” se den cuenta y tenga que ponerse a redecorar su vida.

En cambio, si son ellas las que se reúnen a contemplar el evento cultural, sus comentarios van a ser completamente distintos. Primero, nada de enteradas. Ninguna de ellas, por más progre, moderna o viajada que sea la habrá visto antes. Además, y como mujeres que son, hacen honor al alma y a la sensibilidad femenina y se van más al detalle. “Tía, ¿pero has visto como le cuelgan los pellejos del brazo? Aaaanda ya, si tiene hasta estrías”. “Y yo no sé como puede hacer todo eso con esos taconazos, tía... estoy segura que no llega al metroymedio, que en estas cosas engañan mucho”. “Pues lo de él no sé, pero lo de ella es operado fijo, ¡qué fuerte!, pero si se le nota a la legua, tía.”

Fase que suele acabar cuando todas ellas se ponen de acuerdo en una cosa: “claro, tías, es que con ese maquillaje hasta yo estoy buena” (por cierto, que alguien debería decirles a las mujeres -en general- que el maquillaje... maquilla, punto), verdad absoluta (lo de que ellas también estarían buenas digo) que es compartida y celebrada ¡de forma sincera! (algo que aún estudian los científicos del mundo) por todas las presentes, y que da paso a una segunda tanda de comentarios que, siguiendo con el alma y la sensibilidad femenina, se centrarán en mostrar su solidaridad con las personas –mujeres- de su mismo sexo: “La muy zorra , pues más le valdría que estuviera fregando.”. “Di que sí, que se gana dinero así muy fácil, pero habría que verla trabajando...”. ”Ya te digo...eso lo podemos hacer todas y mucho mejor pero hay que tener un poco de dignidad”. “Mírala, pero si le está gustando.. yaaaaa, esta seguro que nació en la calle Zorrilla, luego dicen que tal la muyyy...” O una que nunca he entendido muy bien pero que es de las pocas que no suelen faltar: “Pero... tú has visto la pinta de guarra que tiene la tía”. A verrrrr, es una peliporno.. ¿qué quieren... que las vistan de lagarteranas? Mañana más. Espero.