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1520. Jueves, 10 diciembre, 2009

 
Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo: “Con palabras agradables y un poco de amabilidad se puede arrastrar a un elefante de un cabello”. (Proverbio persa)

Desde muy antiguo, la mujer dice que el hombre es, entre otras muchas cosas, cruel, despiadado, bravucón, egoísta, traidor, ingrato, agresivo, fantasma, depredador, compulsivo jugador de videojuegos, sucio, comodón, lujurioso, infiel, canalla y embustero.

Y, por añadidura, fanático de los partidos de fútbol.

Por su parte, el hombre sostiene que la mujer es, entre otras muchas exquisiteces, cotilla, terca, pécora, ladina, lenguaraz, astuta, porfiada, obstinada, cruel, infiel, charlatana, lasciva, tozuda, despiadada, lujuriosa, y embustera.

Y, por si fuera poco, gorda.

Es asombroso que teniendo semejantes opiniones los hombres y las mujeres los unos de los otros y los otros de los unos, hayan accedido ambos a colaborar tanto en las maniobras indispensables para la perduración de la especie.

Y tantas veces.

Debo de tener el día reflexivo hoy.