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1320. Miércoles, 7 enero, 2009

 
Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo: "La sociedad está dividida en dos grandes clases: la de los que tienen más comida que apetito y la de los que tienen más apetito que comida". (Nicolas de Chamfort, 1741-1794, escritor francés)

Hoy, siete de enero de 2009, fatídico día de vuelta al trabajo para algunos parias, el suelo de España va a soportar un peso de 115 millones de kilos más que antes de Navidad. Será la consecuencia de los entre dos y tres kilos que, según las estadísticas, habrá engordado cada español de media durante estas fiestas.

Ya no digo yo que la cosa sea un problema estético; al fin y al cabo -y aunque ahora anden un poco desprestigiadas- descendemos de culturas (la griega y la romana) en la que se consideraba que el mayor encanto de la mujer residía en que sus nalgas y brazos fueran regordetes y blancos como la nieve (una de las advocaciones de la diosa griega Afrodita -Venus para los romanos-, la divinidad del amor carnal, era Callipige, es decir, la de las bellas nalgas), sino un problema de tipo mucho más práctico: tengo yo mis dudas de que un suelo como el español pueda soportar -teniendo en cuenta que la cosa es acumulativa y viene ya de otras navidades- semejante tonelaje.

¿No correremos peligro, (por aquello que dicen de la gravedad -aunque yo siempre he pensado que es por el propio peso-) de acabar hundiéndonos?

No sé... es que 115 millones de kilos más en apenas dos semanas son muchos kilos.